Este domingo ascendían a más de 90 los israelíes heridos en enfrentamientos entre sus propios ciudadanos, durante la evacuación del asentamiento ilegal «Javat Guilad» al norte de Cisjordania.
La llegada al lugar, el sábado al anochecer, del ejército y la policía por orden del ministro de Defensa, para desmantelar el puesto colocado sin autorización oficial por colonos de la zona, condujo a fortísimos choques violentos entre las fuerzas de seguridad y los colonos allí instalados.
Las fuerzas fueron triplicadas, pero aún así quedó claro que el ejército y la policía no estaban preparados para una resistencia tan firme de parte de los colonos.
A los residentes en el lugar se sumaron cientos de civiles residentes en colonias de los alrededores, que trataron de impedir por la fuerza la evacuación de sus compañeros.
Tras la retirada del grueso de las tropas , numerosos jóvenes colonos comenzaron a reconstruir distintas estructuras en el lugar, prometiendo quedarse allí mismo y no aceptar ser evacuados «bajo ningún concepto»·
Batalla campal
«Javat Guilad»-que significa «la finca de Guilad»-lleva el nombre de Guilad Zar, muerto durante la intifada en un atentado perpetrado por palestinos que dispararon a su automóvil.
Cerca de 200.000 colonos judíos viven en Cisjordania.
Su padre, Moshe Zar, afirma haber adquirido la tierra y ser el dueño privado de la misma.El sábado debió ser hospitalizado durante la evacuación.
Las escenas en «Javat Guilad» parecían propias de una verdadera batalla campal.
Grupos de jóvenes y adultos de entre los colonos resistieron en parte pasivamente y en parte a los golpes, subiéndose a las estructuras que el ejército quería desmantelar, intentando detener el paso de las demoledoras, apedreando a los policías y soldados y lanzando piedras y otros objetos a las fuerzas de seguridad.
Casi 50 de los efectivos y 15 colonos resultaron heridos este domingo -varios más lo fueron el sábado- y otros fueron detenidos.
Hasta los niños
En medio de insultos , histeria y llantos, mujeres de los asentamientos de la zona intentaban avergonzar a las soldadas que participaban en la evacuación, acusándolas de que «no podrán mirar a la cara a sus madres por el crimen que están cometiendo», mientras otros aseguraban que «están destruyendo a la tierra de Israel».
Las riefriegas dejaron cerca de un centenar de heridos.
Líderes de los colonos , especialmente rabinos pero también figuras esencialmente políticas, aclaraban que no se debe recurrir a la violencia y que nadie tiene permitido levantar la mano a un soldado, explicando que «son nuestros hermanos».
Pero la situación se fue de las manos y hasta niños intentaban impedir la evacuación golpeando a soldados y policías.