El Gobierno decretó ayer el alerta nacional en previsión de un potencial atentado de parte de miembros de Al Qaeda o Hezbollah.
La amenaza —dicen— pende no sólo sobre Argentina sino sobre la región, según aclara un memorando clasificado que circuló ayer por diferentes oficinas del Gobierno. La medida se enmarca, además, en el estado de alerta roja en el que se encuentran algunas de las principales capitales del mundo en la vigilia de una de las guerras más anunciadas de la historia.
La información concreta es que miembros de Al Qaeda —según los servicios de inteligencia— estarían preparando un atentado en un país de la región, aunque no hay precisiones sobre cuál tiene más riesgo de ser el objetivo. Otro informe, proveniente de la Cancillería, que cita fuentes de la Gendarmería, sostiene, en cambio, que no se ha detectado actividad de Al Qaeda, sino de Hezbollah como organización activa en la Triple Frontera.
Ambas organizaciones han sido sindicadas por los Estados Unidos como eslabones de una misma cadena.
Los informes a que tuvo acceso Clarín coinciden en que son informaciones provenientes del Mosad —servicio de inteligencia israelí— en Buenos Aires. Nada se menciona de fuentes norteamericanas, pese a la reconciliación protagonizada hace un mes entre el titular de la SIDE, Miguel Angel Toma, y el titular de la CIA, George Tenet, luego de un cortocircuito propio del mundo de los espías.
Pero sí se apunta que ciertas multinacionales, como las agrícolas Cargill y ADM (Archer Daniels Midland) con sede en Paraguay, recibieron advertencias parecidas de sus casas matrices en Minneapolis e Illinois, respectivamente.
El canciller Carlos Ruckauf le giró ayer a su colega de Interior, Jorge Matzkin, un alerta similar. En su nota apunta que posee «información del funcionario de esta Cancillería experto en terrorismo, quien afirma que los servicios de inteligencia israelíes indican la preparación en Ciudad del Este de un acto terrorista que se llevaría a cabo en algún país de la región no especificado».
Los lugares señalados como de más riesgo por fuentes de inteligencia, serían:
Los que representen al poder económico: desde hoteles y centros turísticos hasta aeropuertos o sedes de empresas multinacionales, en especial de origen israelí, alemán, francés o norteamericano.
Objetivos energéticos: desde petroleras hasta empresas de agua, gas o electricidad. En el plan de seguridad se desplegaron custodias en el norte de Santa Cruz y en Neuquén.
Los informes no hablan del riesgo tangible de un «tercer atentado» una amenaza que pende sobre la Argentina desde que sufrió los ataques gravísimos ejecutados contra la Embajada de Israel en 1992 y la sede de la mutual judía AMIA, en 1994. Pero sí hay una precaución especial potenciada por los episodios de los últimos días como el ataque al buque petrolero francés en Yemén, o los atentados en la isla de Bali y, ayer, en la ciudad de Zamboanga, en Filipinas (ver página 34).
Ayer por la mañana, se puso en marcha el Plan de Alerta que incluye refuerzos de efectivos y de chequeos en lugares ya bajo custodia, más el agregado de otros nuevos. En la Secretaría de Seguridad admitieron a Clarín que se han intensificado los controles en la Triple Frontera, hay refuerzos de custodios y vigilancia en ciertas empresas y desde ya en aeropuertos, en especial el de Ezeiza.
En el cable confidencial de la Cancillería se indica que hubo una reunión de evaluación con una delegación de Gendarmería Nacional donde se analizó el plan de lucha contra el terrorismo en la región fronteriza «en particular en la Triple Frontera y en general se descartó una posible actividad de Al Qaeda en la zona (no así de Hezbollah, sobre el que se coincidió que era activo, especialmente a través de la recaudación».
En tanto, el memorando secreto de inteligencia señala que aunque se considera que los potenciales atentados de fuerzas de Bin Laden seguirán apuntando a los países centrales también abarca a los países alineados con la política antiterrorista de Estados Unidos o con ligazón a la Alianza del Atlántico Norte (OTAN). María Luisa Mac Kay. DE LA REDACCION DE CLARIN