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Palabras del Presidente de la Organización Sionista Argentina Lic. Silvio Rossjanski

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Apenas 59 años, nada menos que 59 años, del Estado judío renacido en la tierra de Israel, con Jerusalém como su capital eterna, en la que también este año conmemoramos el 40 aniversario de su reunificación tras la guerra de los 6 dias. Jerusalem, símbolo emblemático de la concreción del sueño milenario de nuestro pueblo.

Tenemos el inigualable privilegio de ser contemporáneos a su nacimiento, al transcurrir de su infancia, de su juventud y hoy a su plena madurez. Rindamos tributo a los pioneros, a los heroicos combatientes de la Guerra de la Independencia, a todos los que han hecho posible la maravillosa utopía, que muchos consideraban irrealizable.

Hace menos de un año, la querida Mediná fue nuevamente atacada por la organización terrorista Hezbolá, y una vez mas se vio obligada a luchar en defensa de sus ciudadanos, que soportaron el fuego indiscriminado de misiles, deliberadamente dirigidos a blancos civiles. Decíamos entonces y reiteramos hoy:

Los argentinos no necesitamos que nos expliquen que es Hezbolá- son los mismos que participaron en las masacres de la Embajada de Israel y de la AMIA, al servicio de sus amos iraníes.

En esos días aciagos se escucharon voces que destilaban odio y se pintaron consignas en muchas paredes de nuestras ciudades, de neto contenido antisemita, bajo el disfraz de un supuesto anti-sionismo.

Pretendían explicarnos que respetan a los judíos pero odian a los sionistas!

Para que no les quede duda alguna les decimos una vez mas, sin medias tintas, que constituimos una comunidad sionista, que nuestra identidad judía y sionista es una e inseparable, que estamos junto a Israel siempre!

Por ello también expresamos aquí nuestro repudio y condena a quien, con vocación genocida, amenaza con borrar del mapa al Estado de Israel y niega la Shoá.

Nos avergüenzan ciertos personajes de nuestro país que realizan excursiones a Irán para solidarizarse con su siniestro presidente, máximo representante de un régimen teocrático y fundamentalista que no solo amenaza a Israel sino que constituye un riesgo para la humanidad toda con su plan nuclear.

Amigas y amigos, Israel constituye un ejemplo único en la historia humana.

No hay antecedentes de una nación que después de una larga saga de desventuras y tragedias vuelva a erguirse, redima su tierra, obtenga su libertad, reviva su idioma milenario, convoque y congregue a sus hijos dispersos y recomience la maravillosa aventura de su vida independiente.

Todo ello sin haber tenido un solo día de paz en sus 59 años de existencia.

El símbolo mas concreto de la identificación sionista ha sido y es la aliá, el compromiso personal de cada judío, de cada familia que elige sumarse a la construcción del destino común en la nación judía. Ello constituye parte esencial de nuestro ideario sionista, en el que no podemos ni debemos cejar.

Los seres humanos podemos sentirnos tan mayores como nuestros años, y tan jóvenes como nuestros sueños.

El sueño del renacer de Israel se ha hecho realidad.

Pero cada judío, en Israel y en la diáspora, sigue soñando con la paz, tan esquiva, tantas veces acariciada y tantas otras frustrada.

Soñamos con un Medio Oriente sin guerras, sin terroristas suicidas, sin violencia, donde los únicos combates sean pacíficos, humanitarios, contra la ignorancia, la pobreza, las enfermedades.

Un Medio Oriente donde el dialogo reemplace a las armas, la responsabilidad a la agresividad, el pluralismo al fanatismo.

En demasiadas oportunidades los líderes del mundo arabe se reunen para hablar de Israel. Es hora de que hablen con Israel. Basta de palabras de paz, hechos. Serán juzgados por sus actos, no por sus promesas.

Soñamos con un Israel donde nunca mas los padres entierren a sus hijos, donde no se siga pagando un doloroso precio para vivir en paz y convivencia con sus vecinos.

Ese Estado de 22.000 km2, con 324 habitantes por km2, ocupa el lugar N º18 en el ranking mundial de universidades por país, 5 premios Nóbel, casi 80 años de expectativa de vida, y a pesar de la guerra impuesta su economía durante el 2006 creció el 3%.

Israel ansía la paz, ama la paz y permanentemente ha demostrado estar dispuesto a hacer dolorosas concesiones para avanzar en su búsqueda.
Es por todo esto que Israel, nuestro hogar nacional, nos llena de orgullo.

Señor Embajador, por su digno intermedio nuestra comunidad le hace llegar al pueblo de Israel el fervor sionista, el afecto incondicional, los mejores deseos.

Jag Sameaj, hermanos israelíes.
Am Israel Jai

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