El objetivo es preparar el lugar para un posterior traslado de la comunidad entera, formada por entre 3.000 y 4.000 personas, ya que su número exacto se desconoce pues no existe un registro de nacimientos y fallecimientos.
El plan es colocarlos en la carretera de Nitzana, cerca de una zona de entrenamiento militar y desviarlos de Dimona, donde ahora viven, situada a 34 kilómetros de Beersheva y que alberga la Estación de Investigación Atómica de Israel y es el centro de su industria de armas nucleares israelíes.
El desierto de Neguev es un triángulo árido de casi 10.000 kilómetros cuadrados, más de la mitad del Estado de Israel, aunque en él vive menos del 10 por ciento de la población, la mayoría de ellos beduinos que han sido desplazados a áridas «reservas».
Los judíos negros están, por ahora, satisfechos porque podrán obtener casas y vivir de la agricultura, aunque ansían conseguir la ciudadanía israelí.
Los hebreos de raza negra viven en Israel en condición de residentes temporales, y se les permite trabajar y recibir beneficios sociales.
Aunque llegaron en 1970, el Ministerio del Interior no les ha garantizado la ciudadanía israelí y fuentes de la oficina del Primer Ministro aseguran que esa posibilidad no se ha estudiado.
La comunidad de «Hebreos Negros», de origen afroamericano, fue fundada por Ben Ami Ben Israel en Chicago en los año 60, después de que le fuera revelado en una visión que el pueblo negro era en realidad una de las diez tribus perdidas de Israel.
No siguen la fe ortodoxa judía y tienen su propias reglas comunitarias, una dieta estrictamente vegetariana, son abstemios y visten ropa de fibras vegetales.
Los «Hebreos Negros», cuyo judaísmo está puesto en duda, no están están relacionados con los judíos etíopes, también de raza negra, y que se consideran descendientes de los amores entre la reina de Saba y el rey Salomón. EFE
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