El Tribunal mantuvo la condena a Ramon, que había sido dictada en enero pasado por el polémico beso, y le condenó además a pagar una multa de 15.000 shekels. La fiscalía había reclamado una pena de carcel con remisión condicional para el ex ministro, mientras que la defensa pedía que se anulara la sentencia previa y le condenara a servicios a la comunidad.
Por otra parte, los tres magistrados del tribunal consideraron que el acto de Ramon no fue una conducta inmoral, lo que significa que el ex ministro podrá mantener su escaño como diputado en la Knesset.
La denuncia presentada por la soldado, de la que no se conoce el hombre, obligó a Ramon a abandonar su cargo, pese a que éste aseguró en todo momento que el beso que dio a la militar formaba parte del «flirteo» que ambos mantenían
Fuerteventura