Así lo manifestó en una rueda de prensa en ocasión del quince aniversario del atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires, en el que falleció su esposa, Eliora, madre de sus cinco hijos.
«Al final del día, si uno mira lo que pasa en la región de Oriente Medio todo está relacionado con Irán», declaró.
Acusó al régimen de Teherán de tener una «agenda chií extrema y aspiraciones geoestratégicas regionales», que están estrechamente relacionadas con la religión, la ideología y otras consideraciones históricas.
«El problema del Líbano, por ejemplo, no es sólo una cuestión territorial con Israel, sino que se centra en las aspiraciones de Irán de promover su ideología en la región», matizó.
Para el diplomático judío, el conflicto palestino-israelí «no es el más complicado que resolver», pese a que ya dura décadas, y rechazó la idea tan extendida de que si se solucionara toda la región volvería a la calma.
«Hay gente que dice que si se soluciona el conflicto israelí-palestino el resto se va a solucionar automáticamente, pero en la región existen conflictos más profundos, en los que Israel está al margen», indicó.
Carmon consideró que el acuerdo alcanzado entre los partidos palestinos Al Fatah y Hamas «no representa un avance», porque no se han cumplido las tres condiciones básicas exigidas por la comunidad internacional: reconocer al Estado de Israel, implementar los acuerdos israelíes-palestinos y la renuncia al terrorismo.
«Hasta que esto no suceda no será una buena noticia», acotó.
Reconoció, sin embargo, que el ambiente en la región ha cambiado con los países árabes moderados se han agrupado y ya no consideran la cuestión palestino-israelí como crucial en sus políticos.
«Es la amenaza que representa Irán que ha hecho que estos países ahora estén dispuestos a explorar nuevas posibilidades para el proceso de paz en Oriente Medio. El problema iraní no es de Israel, es de la región e incluso del mundo», subrayó.
Las declaraciones de Carmon se producen cuando en Riad, capital saudí, se instauró hoy la XIX Cumbre en Riad de la Liga Árabe, en la que se discute la crisis nuclear iraní, además de la necesidad de declarar a Oriente Medio como zona libre de las armas de destrucción masiva.
En el encuentro, también se revisará la propuesta de paz saudí, presentada en el 2002, por la que los Estados árabes se comprometen a reconocer el estado de Israel, si este país se retira a las fronteras que tenía antes de 1967 y permiten el establecimiento de una Palestina independiente, con Jerusalén oriental como capital.