En 1992, Daniel Carmon era cónsul de Israel en Buenos Aires. Su mujer, Eliora, madre de sus cinco hijos, era empleada administrativa de la embajada; murió a causa del atentado. Carmon, actualmente embajador y representante adjunto de su país ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), resultó herido; piensa regresar al país, el sábado, para participar de la ceremonia por el 15° aniversario del atentado.
Desde Nueva York, en un diálogo telefónico con LA NACION, Carmon dijo que «al final del día, todo lleva a Irán». Aclara que no se trata sólo del programa de enriquecimiento de uranio, sino, también, «de la ayuda a grupos terroristas, como Hezbollah y Hamas, y del afán de expandir la revolución chiita más allá de su propio territorio».
El presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, amenazó con borrar del mapa a Israel. Su par y aliado de Venezuela, Hugo Chávez, representa, para Carmon, «un fenómeno bastante curioso».
Tan curioso como el viaje a Teherán del ex subsecretario Luis D Elía, el sacerdote y ex diputado Luis Farinello y el ex diputado Mario Cafiero.
«Después de lo que pasó en la Argentina, con la crueldad con la que los iraníes fueron protagonistas en los atentados contra la embajada y contra la AMIA, violando el territorio y el honor, no sé cómo se puede ir a Irán y defenderlo», sostuvo Carmon.
Dos en uno
Después de la voladura de la embajada de Israel, Carmon permaneció en la Argentina durante otros tres años y, por ello, también sufrió en carne propia el atentado contra la AMIA.
«Los ataques fueron uno solo dividido en dos, o dos capítulos del mismo ataque -dijo-. Cada argentino sabe el papel que tuvo Irán en los atentados.» En esos tres años, Carmon colaboró con las autoridades argentinas en las investigaciones. «En la causa de la embajada hubo una distensión», dijo.
No quiso juzgar la razón. Supo, sin embargo, que hubo «un patrón parecido al de la AMIA y que Irán estuvo detrás», por medio de un grupo terrorista, «Hezbollah, que operaba en la Triple Frontera». Eso, agregó, «lo saben todos».
¿Lo saben todos? Sin evaluar al gobierno de Néstor Kirchner, Carmon dijo que «es muy positivo el pedido de extradición» de los funcionarios iraníes que estuvieron presuntamente involucrados en la causa sobre la AMIA.
De ahí, como sobreviviente y damnificado del primer atentado, su desconcierto frente a los virtuales apoyos que cosecha Ahmadinejad: «Existe una cuenta pendiente entre el gobierno de Irán y el pueblo argentino -dijo-. Los iraníes no hacen nada por cerrarla.»
Por Jorge Elías
De la Redacción de LA NACION