La Brigadas de Al Aqsa, brazo armado del movimiento nacionalista palestino Al Fatah, han amenazado con atacar sinagogas si no se suspenden las obras que Israel está llevando a cabo en Jerusalén para construir una nueva rampa de acceso a la Explanada de las Mezquitas.
Las obras están provocando muchas protestas entre los palestinos y en el mundo musulmán donde son vistas como un intento encubierto de destruir poco a poco las mezquitas, aunque los arqueólogos israelíes afirman que los trabajos se llevan a cabo conforme a las normas internacionales y que no hay intenciones ocultas.
En un comunicado enviado hoy a los medios de comunicación, la citada organización palestina advierte de que las sinagogas se convertirán en «objetivo legítimo» si siguen las obras, pues «la santidad de la Mezquita de Al Aqsa no debe ser menos» que la de los templos judíos.
El acceso a la Explanada de las Mezquitas, lugar donde se elevan los santuarios musulmanes de Omar y Al Aqsa (el tercer lugar más sagrado del Islam tras La Meca y Medina) y que es denominado por los judíos Monte del Templo, ha quedado restringido hoy por segundo día consecutivo, por temor a que se produzcan altercados y protestas por las obras.
A lo largo del día se ha observado una relativa calma, aunque los servicios de seguridad continúan en estado de alerta.
Las mayores protestas podrían producirse el próximo viernes, día festivo de los musulmanes, y hoy el Comité Islámico (Wakf), que administra los santuarios de la Ciudad Vieja de Jerusalén, ha advertido de ello.
«El viernes podemos esperar que suceda cualquier cosa porque la gente está muy descontenta y esta acción toca directamente su fe», declaró a Efe Adnán Al Huseini, director del Comité Islámico.
Hoy un tribunal de Jerusalén sentenció que Raed Salah, líder del Movimiento Islámico de Israel, no podrá acercarse a menos de 150 metros a la Ciudad Vieja en los próximos 10 días.
Salah y el líder del Consejo Supremo Musulmán de Jerusalén, Ikrima Sabri, han exhortado a los musulmanes de Israel a viajar el próximo viernes a las mezquitas para protestar por las obras.
Entre quienes han condenado las obras está el presidente palestino, Mahmud Abás, quien advirtió ayer, martes, de que los trabajos en torno a las mezquitas podrían poner en peligro los esfuerzos regionales de paz y opinó que las excavaciones demuestran las intenciones de Israel de destruir los santuarios islámicos.
También el rey Abdalá II de Jordania ha acusado a Israel de una «flagrante violación» del tratado de paz entre los dos países que reconoce a Jordania «derechos históricos» sobre los santuarios venerados por los musulmanes en Jerusalén.
La ministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Livni, aseguró en un comunicado que Israel no tiene ninguna intención de violar la libertad de culto en la ciudad santa.
«El Monte del Templo es el lugar más sagrado para el pueblo judío pero aún así el Estado de Israel nunca violará la libertad de culto para todas las religiones en Jerusalén o en cualquier otra parte de Israel», reza la nota.
En la nota se agrega que hay «grupos irresponsables que, sabiendo que no se está haciendo ningún daño a ningún lugar sagrado, se aprovechan de la democracia israelí para encender los ánimos religiosos y obtener réditos políticos».