Los líderes palestinos comenzaron así un diálogo interino destinado a poner fin a la violencia en los territorios y a formar un gobierno de unidad nacional.
El portavoz del gobierno dirigido por Hamás, Ghazi Hamad, declaró antes de la primera reunión que el ambiente era «positivo« y agregó: «Todos aquí esperan que ambas partes superen las diferencias y que regresen con un acuerdo«.
«Es mayor en el interés de Hamás que en el de Al Fatah poner fin a la tensión y llegar a un acuerdo sobre la formación de un gobierno de unidad nacional palestino«, reconoció Ahmed Helles, de la delegación de Al Fatah.
El responsable de Al Fatah se negó a especificar cuánto tiempo requerirá el diálogo, aunque destacó que «se espera que las partes puedan superar sus diferencias y llegar a un acuerdo lo antes posible«.
La clave: que Hamás, aunque sea de la manera más intrincada, reconozca la existencia y vigencia de Israel, y dé por válidos los acuerdos firmados en 1993 en Oslo entre la OLP y el entonces gobierno de Itzjak Rabin.