El enfrentamiento político entre el presidente palestino, Mahmud Abás, de Al Fatah, y el primer ministro, Ismail Haniye, del Movimiento Islamista Hamas, ha agravado la crisis entre los palestinos, con un aumento de la violencia, que ha causado al menos 16 muertos desde el jueves pasado.
Las dos últimas víctimas mortales, cuya identidad no ha sido facilitada, perdieron la vida durante una escaramuza frente a la Universidad Islámica de la ciudad de Gaza, según fuentes policiales.
Los nuevos choques coincidieron con las celebraciones de Hamas en el primer aniversario de su triunfo electoral, el 26 de enero del año pasado, y estallaron cuando los nacionalistas de Al Fatah y la milicia o ‘fuerza ejecutiva’ de los islamistas volvieron esta semana a negociar la creación de un Gobierno de unidad.
A raíz del nuevo brote de violencia, portavoces de los dos bandos dieron por canceladas las conversaciones para acordar la plataforma política de la coalición de gobierno entre ambos.
En esta situación, y de persistir la tensión, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, líder de Al Fatah, que milita en la oposición parlamentaria, puede anticipar nuevas elecciones presidenciales y legislativas, decisión a la que se opone Hamas.
Representantes de Al Fatah informaron ayer del secuestrado de 24 milicianos de la ‘fuerza ejecutiva’ de Hamas, considerada ilegal por el presidente Abás, y de momento se ignoraba su paradero.
Los milicianos de ambos bandos atacaron con cohetes y lanzagranadas las casas del ministro de Asuntos Exteriores, Mahmud A-Zahar, dirigente de Hamas, y la del jefe de la Seguridad Preventiva, coronel Rashid Abu Shuak, leal al presidente, aunque ambos salieron ilesos.
Ayer ambas organizaciones acordaron una tregua en presencia del ministro del Interior, Said Seyam, en medio del temor a una guerra civil en Gaza.
El encargado de las negociaciones con Israel por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, pronosticó ayer que Abás, de visita en Madrid, convocará dentro de ‘dos a tres semanas’ elecciones en Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental.
Un último sondeo difundido esta semana por el Centro Palestino de Opinión Pública indica que casi el 60 por ciento de los habitantes de esos territorios favorecen el adelanto de los comicios, lo que de hecho puede ser interpretado como un voto de censura contra el Gobierno de Hamas, y además prefieren a Abás en la presidencia.
Un anuncio similar acerca de la intención de adelantar los comicios desencadenó el mes pasado una ola sin precedentes de choques entre los rivales. Desde entonces 49 personas han perdido la vida entre milicianos y civiles.
La segunda ola de enfrentamientos armados estalló el jueves pasado en el campo de refugiados de Yebalia con un ataque atribuido a Al Fatah contra efectivos de la ‘fuerza ejecutiva’ de Hamás.
Abás, también líder de Al Fatah -posición en la que reemplazó al ex presidente Yaser Arafat-, está dispuesto a formar un Gobierno de unidad con los islamistas para superar un boicot internacional contra el Gobierno de Haniye, pero exige el reconocimiento del Estado de Israel y respeto a los acuerdos con la ANP.
En un caso así, también podría Abás negociar con Israel las fronteras de un futuro Estado palestino, para lo que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional.
Tras una reunión celebrada el pasado fin de semana en Siria, Abás y el jefe político de Hamas, Haled Meshal, acordaron volver al diálogo para intentar, una vez más, formar una coalición de gobierno.
Las conversaciones entre representantes de Hamas, Al Fatah y otras facciones se reanudaron después de un largo período el pasado martes y debían seguir ayer con el análisis de un borrador de la plataforma política para el Gobierno de unidad, que no se celebró.