«Cualquier alusión, por más tangencial que sea, de que apoyo a uno u otro candidato se leerá como que la DAIA apoya a ese candidato. El acto en el Ministerio de Educación había sido programado mucho antes de que Daniel Filmus se postulara a jefe de Gobierno de Buenos Aires; el hecho de que concurramos a ese ministerio no puede ni debe ser leído como otra cosa que eso: un acto de recordación del Holocausto. Nada más.» Consciente de que ese acto puede ser interpretado como un aval de la DAIA a la candidatura de Filmus, el titular de esa entidad, Aldo Donzis, negó de plano la posibilidad. Explicó, además, que la cartera del candidato «forma parte de la ‘task force’ internacional de recordación y homenaje del Holocausto; el año pasado hicimos el acto en el Palacio San Martín, y este año tocaba en Educación. No hay más que eso». Sucede que la comunidad judía porteña quedó de algún modo atrapada en una interna que no le es propia, al darse la inédita circunstancia de que los dos candidatos que hasta ahora encabezan las encuestas son judíos: el citado Filmus y el actual jefe de Gobierno, Jorge Telerman. Fue justamente desde las cercanías de Telerman que se creó «Judaísmo Porteño», motorizado por su jefe de prensa, Daniel Berliner. La obvia intención de este incipiente movimiento es capturar el voto judío, una tarea que al menos desde los números parecería no justificar el esfuerzo: se estima que en la Capital Federal viven unos 150.000 porteños de esa fe, incluyendo a los menores, que no votan. Sin embargo, en elecciones tan reñidas como se prevé serán las municipales, ese número podría ser la diferencia entre la victoria y la derrota. Berliner, como ya se ha dicho, está visitando a los principales líderes de las diversas comunidades y entidades que nuclean a la comunidad judía para «vender» el proyecto Telerman. Pero como era de prever, la DAIA hace un par de semanas emitió un comunicado en el que tomaba lógica distancia de esa iniciativa. Allí, con la firma de Donzis, se decía que, en su carácter de representante de todos los judíos, la entidad es «necesariamente prescindente en cuestiones partidarias. Cada judío es libre en democracia de votar por quien quiera y participar en el juego de las instituciones». De todos modos, una de las voces más escuchadas por estos días en la comunidad, el rabino Sergio Bergman, dijo ayer: «Votaré por Telerman, pero lo haré a título personal. No ‘en representación de’… El judaísmo no tiene una sola voz y no existe una corporación de origen judío con la que se pueda ‘arreglar’, tal como le gustaría a este gobierno». En declaraciones a la revista «Noticias Urbanas», el religioso agregó: «¿’Con quién hay que hablar para tener a los judíos’? es la pregunta del poder. Los judíos tenemos que participar, no como un grupo cerrado que lleva adelante una agenda judía, sino sumarnos desde nuestra particularidad judía para elegir a un candidato que encarne los intereses cívicos del conjunto de los ciudadanos porteños». Como se ve, salvo la preferencia por Telerman, una posición casi idéntica a la expresada por la DAIA, con la que no siempre Bergman ha tenido coincidencias. Así, y a pesar de que hoy por la tarde Donzis compartirá el palco en el Palacio Pizzurno con Filmus -más el canciller Taiana y un sobreviviente de la Shoá (Holocausto), parece que sería Telerman el candidato que contaría con más adhesiones en la comunidad judía porteña, lo que será sin duda un disgusto para Néstor Kirchner y su esposa, que no han ahorrado seducciones para tratar de ganarse sus favores.
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