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Arafat salió triunfante

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Aunque se levantó el sitio, las tropas no se retiraron de la ciudad de Ramallah, y una columna de una decena de tanques y blindados israelíes entró por la noche en esa localidad cisjordana, poco después de ser reimplantado el toque de queda.

Arafat apareció sonriente, con dos guardias detrás de él, haciendo la señal de la victoria, ante una multitud de palestinos que se reunió frente a sus oficinas.

Desde los restos de la Mukata, donde horas antes se había reunido con el enviado de la ONU, Terje Roed Larsen, Arafat lanzó otro pedido a los grupos armados palestinos para que respeten el «cese total del fuego» y pongan fin a los ataques contra civiles israelíes, mientras que reclamó a Israel que «actúe del mismo modo».

Además, el líder palestino estimó «necesario el regreso a la mesa de negociaciones a fin de aplicar las resoluciones de la ONU, las recomendaciones de Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, y las decisiones de la cumbre árabe de Beirut».

El líder palestino agregó que «Israel debe respetar al pie de la letra la resolución 1.435 del Consejo de Seguridad de la ONU, retirándose completamente de la Mukata y de Ramallah, y volviendo a sus posiciones anteriores» al inicio de la Intifada, es decir las que los israelíes ocupaban a fines de setiembre de 2000.

Antes de dejar sin efecto su asedio, Israel ponía como condición la entrega de los palestinos atrincherados en la Mukata, acusados de estar implicados en «actividades terroristas», pero tras levantarse el cerco muchos palestinos seguían dentro del cuartel. Yasser Abed Rabbo, ex ministro de Información palestino, afirmó que no alcanzaron ningún acuerdo sobre la suerte de los hombres reclamados por Israel.

En tanto, el presidente estadounidense, George W. Bush, reaccionó positivamente por el levantamiento del sitio de la Mukata. «Estoy muy complacido», dijo ayer Bush, y llamó a los palestinos e israelíes «a enfrentar sus responsabilidades en materia de paz, estabilidad y reformas de la Autoridad Palestina».

El «repliegue» de las tropas israelíes fue decidido ayer por la mañana en una reunión que presidió el premier israelí Ariel Sharon, y en la que participaron los ministros del Exterior, Shimon Peres; de Defensa, Benjamín Ben Eliezer; y el jefe del Estado Mayor, Moshe Yaalon.

Sin embargo, sobre la retirada de tropas de Ramallah circulaban versiones contradictorias. Después de que fuentes palestinas declararan que todos las tropas israelíes se habían retirado de la ciudad, de acuerdo a lo estipulado con el coordinador de la ONU en Oriente Medio, Terje Roed Larsen, numerosos testigos observaron cómo una decena de tanques y carros blindados israelíes entró en la ciudad.

Los tanques fueron vistos ingresando en la ciudad desde la colonia judía de Beit El, que sirve igualmente de retaguardia al ejército israelí en el norte de Ramallah. De todos modos, el retiro de las tropas no fue total, sino que permanecen «a cierta distancia» de la Mukata, denunciaron fuentes palestinas.

«Es una decisión ridícula y no respeta la resolución de la ONU, ni en su espíritu ni en su sustancia», afirmó a última hora de ayer Yasser Arafat luego del retiro de los tanques israelíes. Fuentes militares israelíes señalaron que el líder palestino y los 200 palestinos atrincherados con él tienen «plena libertad de movimiento», pero no así «los terroristas buscados».

«Nuestras tropas serán redesplegadas de manera tal que ninguno de los terroristas buscados logrará escapar de Ramallah», afirmó un vocero de Sharon, Raanan Ghissin.

En tanto, el portavoz de Arafat, Nabil Abu Rudeina, dijo que no entregará a «ninguno de los asediados por los israelíes, y no aceptaremos que nadie sea deportado». Rudeina desmintió haber llegado a un acuerdo con Israel para expulsar a los «terroristas buscados» —entre ocho y 50 según fuentes israelíes— de los territorios autónomos.

Uno de los palestinos que estuvo junto a Yasser Arafat en los últimos días, aseguró ayer que jamás tuvo miedo de lo que pudiera ocurrir. «Junto a Abu Ammar —nombre de batalla de Arafat— nunca tuvimos miedo, ni siquiera por un momento, ni cuando pasaban cerca las balas israelíes», explicó el palestino que dijo llamarse Abu Assad.

Por otro lado, tres niños palestinos de 14, 12 y 9 años resultaron heridos de gravedad por un obús disparado por un tanque israelí en el campo de refugiados de Balata, Cisjordania.

Mientras, Ariel Sharon llegó anoche a Moscú para una visita de tres días, durante la que tratará con el presidente ruso, Vladimir Putin, la situación en los territorios palestinos.
Fte E.-Press

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