El mandatario de izquierda ha exigido varias veces el cese de lo que ha calificado como una agresión de la «élite israelí» contra esos pueblos, a fin de evitar que el conflicto se extienda mundialmente.
«He ordenado retirar nuestro embajador de Israel, por nuestra indignación de ver cómo el estado de Israel sigue atropellando, bombardeando, asesinando, descuartizando con los aviones gringos que tiene y (…) con el apoyo de Estados Unidos,» dijo en un acto en el occidente del país.
Chávez, un abierto enemigo de Washington, denunció que el gobierno del presidente George W. Bush se ha negado a permitir que el Consejo de Seguridad de la ONU tome «alguna acción para frenar el genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo de Palestina y contra el pueblo del Líbano.»
«Se le cae la máscara una vez más al imperio norteamericano, es un imperio genocida,» agregó el mandatario, que regresó el jueves al país de una gira internacional de dos semanas.
La guerra en el Líbano, desatada después de que la guerrilla Hizbollah secuestró a dos soldados israelíes en una incursión transfronteriza el 12 de julio, coincidió con una ofensiva del Estado judío en la Franja de Gaza para recuperar a otro efectivo capturado y lograr que se terminen los ataques palestinos.
Beirut dijo el jueves que la ofensiva ha dejado 900 muertos y 3.000 heridos.
El primer ministro libanés, Fouad Siniora, dijo que un tercio de las víctimas de este conflicto eran niños menores de 12 años, que un millón de libaneses -una cuarta parte de la población- están desplazados y que la infraestructura del país quedó devastada.
Cincuenta y seis israelíes, incluidos 37 soldados, también han muerto en el conflicto.
En tanto, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña esperan que el Consejo de Seguridad de la ONU emita dentro de una semana una resolución en la que pediría una tregua y podría reforzar la actual fuerza de paz de Naciones Unidas, dijeron responsables.