Las fuerzas hitlerianas estuvieron en Polonia muy cerca de conseguir su objetivo de aniquilar totalmente a los judíos europeos, ya que de los tres millones de hebreos que vivían antes de la guerra en este país, quedaron solamente 500.000 al final de ella.
El campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, una auténtica fábrica de la muerte en la que fueron asesinados más de 1,4 millones de judíos, y decenas en otros campos similares, como el de Treblinka, con un millón de muertos o el de Majdanek, con 700.000, son, junto al Gueto de Varsovia, los monumentos más trágicos del Holocausto.
Pero surgió la idea de no dar satisfacción a los asesinos y, en vez de llorar la muerte de tantos millones de seres humanos, se decidió rendir homenaje a los cientos de miles que se salvaron de la matanza, así como a los que vivieron antes de ella.
La iniciativa nació del entonces ministros de Asuntos Exteriores de Israel, Shimon Peres, que la presentó en una conferencia celebrada en Varsovia en 2002.
Peres consiguió el apoyo de las autoridades polacas y el respaldo de los gobiernos de Austria, Lituania y Ucrania, así como de las comunidades judías de Estados Unidos, Israel, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Suecia y Bélgica.
Fue así como cuajó la concepción de crear en Varsovia un Museo de la Historia de los Judíos en Polonia, dedicado a los 800 años de presencia cultural, económica, social y religiosa de los hebreos en tierras polacas.
En declaraciones a Efe, la representante del museo, Julia Poplawska, señaló que el proyecto, elaborado por arquitectos finlandeses, es financiado por el Gobierno polaco y donantes particulares de muchas partes del mundo.
‘La ciudad de Varsovia ha dado 40 millones de zlotys (unos 10 millones de euros), el Gobierno otro tanto y el Instituto Histórico Judío de Polonia 20 millones más (unos 5 millones de euros)’, dice Poplawska.
El Museo será levantado en el espacio en que existió el Gueto de Varsovia, antes de ser totalmente arrasado por los nazis en mayo de 1943, semanas después de comenzar, el 19 de abril, la insurrección de los judíos.
‘En el Museo presentaremos, en una exposición permanente, los 800 años de la historia de los judíos en Polonia, porque no queremos que esa historia tan larga y rica sea eclipsada por la tragedia del Holocausto, por las sombras de Auchwitz-Birkenau y otros campos, por la liquidación del Gueto de Varsovia’, dijo Poplawska.
‘Peres no quería y nosotros tampoco queremos que Polonia sea percibida como un enorme cementerio judío, porque en los 800 años de la historia de los judíos fueron sumamente creativos en todas las esferas y dieron un gran vigor a la vida en Polonia’, añadió.
En la exposición se podrán ver imágenes reconstruidas de calles y barriadas judías en las ciudades polacas, por ejemplo del barrio Nalewki, típicamente judío, de la Varsovia de antes de la II Guerra Mundial.
El semanario ‘Polityka’ señaló que el Museo ayudará a mantener el diálogo entre judíos y polacos, a veces difícil, pero siempre obstaculizado por la ignorancia.
Cuanto mejor sea el conocimiento mutuo, mejor se entenderán los dos pueblos y el Museo ayudará a ese entendimiento, aunque haya que hurgar en heridas muy dolorosas, añadió la revista.
Cientos de miles del medio millón de judíos que quedaba después de la guerra emigraron en 1956 y 1957 de Polonia a Occidente y a Israel, porque, tras el estalinismo, parte de los comunistas polacos volvieron a echar mano al antisemitismo y responsabilizaron a los judíos de los crímenes cometidos por la policía política.
Apenas diez años más tarde, en 1968, los comunistas polacos acusaron a los judíos de ser los culpables de los defectos y fracasos de su régimen y nuevamente emigraron cientos de miles de ciudadanos de origen hebreo.
Hoy, según se estima, hay en Polonia apenas unos 25.000 judíos, pero allí donde es posible se recupera su presencia cultural, como es el caso del barrio de Kazimierz, en Cracovia, con un gran festival de música judía; el ‘Encuentro de Tres Culturas’, en Lodz, ciudad de gran tradición judía, o Varsovia, con la reanimación de la antigua barriada judía.