En tanto, tropas israelíes sitiaron ayer la sede de la ANP en Hebrón, donde se atrincheraron militantes palestinos armados. Por tercer día consecutivo, el ejército israelí pidió la rendición de los milicianos que ocupaban el lugar y advirtió que, de lo contrario, tomarán por asalto la sede.
Helicópteros Apache artillados dispararon contra el edificio situado en la alto de una colina que domina la ciudad. Un dirigente del Hezbollah, el movimiento chiíta libanés, fue detenido en una de las dependencias. Además, Israel detuvo a otros 500 palestinos en el interior del país.
El ejército israelí ocupó además el cuartel general de la guardia presidencial de Arafat, la Fuerza 17, en Nablus. Una veintena de hombres que se hallaban en el lugar fueron evacuados, maniatados y con los ojos vendados.
Cerca de Belén, una unidad especial de la seguridad israelí capturó a un militante del Frente Popular para la Liberación Palestina. «El ejército debe sustituir a la Autoridad Nacional Palestina para defender a los israelíes», afirmó un vocero del ministerio de Relaciones Exteriores, Arthur Lenk.Fte La NaCION