Ben Eliezer se reunió con Arin ud Hassin Ahmed, una palestina de 20 años natural de Beit Sahur (cerca de Belén), que debía activar una carga explosiva que llevaba consigo en Rishon-Le-Zion, cerca de Tel-Aviv, poco después del primer kamizake que cometió el atentado del pasado 22 de mayo en esta localidad en el que murieron dos israelíes, según el rotativo, que no da detalles sobre el segundo palestino.
En el último momento, la joven había cambiado de opinión y había dado marcha atrás. Fue detenida el 29 de mayo. El encuentro con Ben Eliezer se desarrolló en árabe –el ministro nació en Irak–, en un centro de interrogatorios del Shin Beth, los servicios de seguridad interior de Israel, afirma el diario.
«He comprendido, tras esta entrevista lo fácil que es hoy enrolar a los palestinos en misiones suicidas. No hay un denominador común entre los kamikazes, pero existe una atmósfera general propicia a los sentimientos de venganza», afirmó el ministro.
En opinión del ministro, los kamikazes «son un arma devastadora que los palestinos utilizan contra nosotros. Un arma poco costosa, contra la que no se puede hacer nada».fte E.Press