Itongadol.- Durante la Convención anual del Partido Laborista de Gran Bretaña, su líder, Jeremy Corbyn, fue instado a actuar después de que activistas laboristas Pro-Corbyn aplaudieran a los panelistas, uno de los cuales incluso sugirió que el Partido debería ser libre para debatir si el Holocausto había ocurrido. Al mismo tiempo, delegados de la Convención exigieron la expulsión del movimiento obrero judío del partido por apoyar al Estado de Israel.
Este evento, tuvo lugar fuera de la sede principal de la Convención laborista, pero figuraba en su programa oficial, y se titulaba: "Libertad de expresión sobre Israel: por qué nos oponemos a la caza de brujas".
Varios asistentes aseguraron que las reclamaciones respecto del antisemitismo en el Partido Laborista eran parte de una trama del lobby pro-Israel y del derecho laborista para impedir que Jeremy Corbyn se convirtiera en primer ministro. Otros hablaron a favor del ex alcalde de Londres, Ken Livingstone, quien sigue suspendido del partido por afirmar que Hitler apoyó al sionismo.
Durante la Conferencia, fue distribuído un folleto del "Partido Laborista Marxistas" que discutía la "comunión entre sionistas y nazis" y citaba a Reinhard Heydrich, arquitecto de la Solución Final, que alegaba que "los nacionalsocialistas no tenían ninguna intención de atacar al pueblo judío".
Simultáneamente, Jeremy Corbyn se enfrenta a una disputa sobre las amenazas de sectores izquierdistas a Laura Kuenssberg, editora política de la BBC, motivo por el cual las autoridades de la cadena le pusieron un guardaespaldas para asistir a la Conferencia anual del Partido Laborista. Esto hizo que un sector partidario moderado le exigiera a las autoridades que se expulsen a quienes intimidaron a la editora.
Los seguidores de Corbyn consideran que los miembros del Partido Laborista no son el tipo de personas que se entregan a la intimidación y la violencia. Sin embargo, Andrew Percy, ex ministro de los Conservadores que también fue blanco de abusos antisemitas, describió al Partido Laborista como el "nuevo partido desagradable", pues parecía estar en manos de un culto "espantoso", un culto de la personalidad alrededor de Jeremy Corbyn que no permitirá ningún cuestionamiento de él o sus puntos de vista.
Los comentarios de Percy se referían tanto a las intimidaciones a la señora Kuenssberg como al "tipo de abuso antisemita que estamos viendo, que no es parte de nuestro sistema político hasta el último par de años”.
Los destacados parlamentarios laboristas instaron a Corbyn a tomar medidas contra el creciente antisemitismo en el partido.
Corbyn se enfrentó previamente a críticas por no combatir el antisemitismo de miembros del Partido, incluyendo la no expulsión del ex alcalde de Londres y ex-miembro del Parlamento, Ken Livingstone.
Un portavoz del Partido Laborista aseguró que Corbyn estaba reforzando las reglas que se aplicarán a los que realizan comentarios antisemitas, pues el partido "condena el antisemitismo en los términos más fuertes posibles" y "no tolerará la negación del Holocausto".