(Columna especial para AJN).- La esencia de Januca es la lucha de un pueblo por mantener su identidad, su credo, por desarrollar su espiritualidad sin ningún tipo de opresión ni coerción. Esa fue la motivación de los Jashmonaim (Hasmoneos) que aun en inferioridad de condiciones pudieron enfrentar, con la ayuda de D´s y la convicción de un pueblo, a los mercenarios que peleaban por el ego de un rey.
Las luminarias de Januca nos recuerdan la liberación y la limpieza del Beit Hamikdash, profanado por griegos y judíos helenizantes. En todas las épocas ha existido la complicidad, pero siempre aparece un líder que inspira al pueblo con su pureza y sus valores.
El paganismo toma diversas formas. El politeísmo de la Grecia Antigua fue una forma de paganismo, como también lo fueron más recientemente el nazismo y el estalinismo. En la actualidad, el paganismo está en el apego a los bienes materiales.
El pueblo judío cree en un D´s creador, y las luminarias de Januca representan la chispa del D´s creador, que debemos agrandar día a día.
Dicen los sabios que luego de la destrucción del segundo Beit Hamikdash, los romanos se llevaron el candelabro, pero el fuego sigue con nosotros. Debemos comprometernos con ese fuego, y compartir el fuego con todas las familias de la Tierra.
Januca llama a la conciencia de los líderes, y a la conciencia de los pueblos, en un mundo muy alejado de los valores, en el que las pasiones destructivas superan a las pasiones del bien. En un mundo indiferente ante el genocidio.
Pero hay un canto a la vida que se opone al canto a la muerte. Una luz creativa, antagónica a la luz del fuego de la destrucción y las bombas.
En lo Rollos del Mar Muerto se habla sobre la batalla de los hijos de la luz contra los hijos de la oscuridad, portadores del fuego de la destrucción.
En Januca, como lectura complementaria, leemos al Profeta Zacarías, quien relata la visión de la Menora bañada en aceite, acompañada de ramas del olivo.
Así, nos explica que la paz no se alcanza con ejércitos, sino con la fuerza del espíritu.
El olivo es la rama que la paloma lleva a Noé para anunciarle el fin del Diluvio.
La Menora de la visión de Zacarías está representada hoy en el escudo del Estado de Israel, acompañada por dos olivos, que representan la paz.
El Talmud de Jerusalem cuenta que D´s entrego la Tora a Moshe Rabeinu (el no dijo rabeinu) las letras estaban escritas con un fuego blanco sobre un fuego negro. En el mundo hay fuego negro, el fuego destructor, pero también hay fuego blanco. Encender las luminarias de Januca es reforzar el fuego blanco de los Mandamientos.