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El Seminario Rabínico Latinoamericano evaluó los logros de 2016 y ya tiene proyectos para 2017

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Itongadol.- En diálogo con Iton Gadol, el rabino Ariel Stofenmacher, CEO y vicepresidente ejecutivo del Seminario Rabínico Latinoamericano, se refirió al fortalecimiento del programa TALI AMLAT y destacó el crecimiento del Instituto de Formación Docente y Estudios Judaicos.

¿Cuál es su análisis del trabajo que hizo el Seminario Rabínico este año y cuáles son los proyectos para 2017?
Este 2016 que terminamos fue un año muy importante de recambio y despegue, en particular en la formación de liderazgo no religioso del seminario: la formación del liderazgo educativo y las iniciativas educativas. Como sabemos, a mitad de año le dimos forma y fundamos un Centro de Innovaciones y Desarrollo educativo, que lleva el nombre de Rodolfo "Rudy" Pincus Z¨L, un dirigente comunitario chileno muy importante. Este Centro se dedica a fortalecer la educación judía formal en todo el continente. El primer proyecto que lanzó el Centro fue el conocidísimo programa TALI, que ya dejó de ser un proyecto y es una realidad. A esta altura, en TALI lanzamos material educativo desde primer grado hasta lo que sería octavo, segundo año de secundario, para contenidos de Pesaj, de Iamim Noraim, entre otros. Se distribuyeron en escuelas de cinco países de la región, 30 escuelas y, por lo menos, 15.000 alumnos en toda la región hicieron uso de los materiales. Por lo menos 200 o 300 educadores participaron de las capacitaciones que hicimos al respecto. Este proyecto es plurianual. Lo que va a pasar en los primeros tres años es que vamos a completar una curricular para escuela primaria y secundaria de educación judía tradicional, pero moderna, con las capacitaciones y los materiales educativos correspondientes.

¿Qué es TALI, para el que no conoce?
TALI significa Fortalecimiento de Estudios judaicos. Tigvur Limudei Iahadut es una institución que tiene sede en Israel y atiende cientos de escuelas y decenas de miles de alumnos israelíes. Se monta sobre el sistema de educación formal normal israelí, nació hace 40 años y lo que hace es justamente establecer la educación judía. Entonces, crea programas educativos para alumnos y capacitaciones para docentes y experiencias educativas que fortalecen la identidad judaica. El programa TALI existía hasta ahora sólo en Israel, con algún pequeño programa en otro país y, desde el año pasado, el 2015, firmamos un acuerdo y el Seminario, a través de este Centro Pincus es el representante en América Latina. Creamos lo que llamamos TALI AMLAT, TALI América Latina.

¿Cómo resume este año que se termina respecto al proyecto?

Estamos sumamente contentos y satisfechos. La recepción de los docentes y los alumnos fue excelente.

¿Cómo se mide? ¿Por escuelas? ¿Por alumnos?
En realidad por las dos cosas. Por cantidad de escuelas, cantidad de alumnos que van sumándose y esto tiene que ver, también, con la cantidad de niveles o grados y la profundidad de uso. La aplicación integral del programa vendrá con el paso de los años, porque son programas que tardan en adaptarse y traducirse. Recambiar programas existentes no se hace en un año ni en dos.

¿El tema 2016 fue la columna vertebral o hay algunas cuestiones más que acompañan el año?
Acompañamos con una renovación del Instituto Abarbanel, que es el Instituto de Formación Docente y Estudios Judaicos del Seminario. Esto se va a profundizar en 2017, los tracs internos dentro del programa. Va a haber quien quiera fortalecerse en estudios judaicos exclusivamente y va a poder hacerlo. El que quiera tener una formación docente, con la formación pedagógica y prácticas escolares formales y no formales, va a poder hacerlo. Estamos abriendo programas especiales para distintas poblaciones. Ya, hace un par de años, abrimos un programa que se llama Jóvenes Morim, que es para hacerle un fortalecimiento educativo y judaico a los madrijim expertos, y está dentro del Instituto Abarbanel. Esto el año que viene se va a ampliar, probablemente incluso lo llamemos Jóvenes Educadores, porque va a ser fortalecer el grupo de gente. Hicimos una prueba piloto con un programa que llamamos Musicali, que es un programa de fortalecimiento en estudios judaicos y música judía para chicos y chicas que tienen formación musical, también dentro del Instituto Abarbanel. El año que viene vamos a ampliar estos programas y vamos a lanzar un programa también orientado a Rikudim, para cubrir ampliamente la gama de necesidades en la educación.

Durante 2016, ¿cómo se condujeron las instituciones educativas con respecto a ustedes y viceversa?
El Seminario tiene casi 55 años, el Instituto Abarbanel 35/36 años, los programas que creamos y que traemos, TALI que tiene 40, son siempre para sumar y colaborar, y programas de mediano y largo plazo. Son programas que empiezan para quedarse. No venimos a competir con el resto de las instituciones educativas, sino a sumar esfuerzos, sean quienes fueran. La relación con las instituciones centrales tradicionales es correcta; la relación con las escuelas es muy buena, a nivel directivo y a nivel de dirección profesional, y no sólo en la Argentina, sino también en otros países, en particular en Chile y en Brasil.

¿Cuáles son los proyectos para 2017?
En 2017 vemos TALI 2.0, la segunda ronda de TALI, continuando el siguiente plano de construcción de materiales para las escuelas. Sería el segundo de cuatro, que es lo que estimamos que va a ayudar a completar el programa, el fortalecimiento de los programas educativos, para estudios judaicos morim de shirah y morim de Rikudim. Vamos a fortalecer un área de capacitación docente y asesoramiento educativo a instituciones educativas, escuelas e instituciones formales a medida de las instituciones.

Por último, ¿cómo está el Seminario?
El Seminario estaba súper bien, la verdad que este año, llegamos a una cantidad de estudiantes como hace muchos años que no había, y también a una cantidad de graduados importantes. En este 2016 vamos a ver graduados unos 15 docentes, ocho rabinos y vamos a estar llegando ya como a 110 rabinos en toda la historia, y los docentes son una cantidad mucho más grande. Y con una perspectiva de crecimiento fuerte, porque recién el año pasado abrimos un espacio de estudio en San Pablo que a mitad de 2016 empezó a funcionar normalmente. Tenemos 25 alumnos en San Pablo, haciendo estudios judaicos superiores y también estudios rabínicos. Eso va a seguir fortaleciéndose.

¿Algo que creas importante destacar?
Estamos pensando en el 2.0/3.0 en general, que es educación virtual y, D’s mediante, 2017 nos va a encontrar con proyectos sólidos de formación para el público en general y formación profesional a distancia. Son cosas que se hacen, se venían haciendo en niveles básicos, pero vamos a fortalecerlos.

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