Itongadol.- La muestra “Bucaret Sefaradí”, que se expone en el Museo de Holocausto de la ciudad de Buenos Aires, es una exposición itinerante presentada por la embajada de Rumania en Argentina. Mediante fotos antiguas y actuales, documenta la presencia de la comunidad judía sefaradí en la capital de Rumania por más de 500 años.
La muestra “Bucaret Sefaradí”, que se expone en el Museo de Holocausto de la ciudad de Buenos Aires, es una exposición itinerante presentada por la embajada de Rumania en Argentina; Menora: Organización mundial para la juventud y el Museo del Holocausto, mediante fotografías, documenta la presencia de la comunidad judía sefaradí en la ciudad capital de Rumania a lo largo de más de 500 años, hasta que irrumpió en dicho país el nazismo. Lo hace mediante fotografías antiguas y actuales referidas a la organización comunitaria: instituciones sociales y culturales, escuelas, y personajes que se destacaron en la vida rumana perteneciente a una comunidad numerosa que fue diezmada durante la Shoá, y cuyos edificios en gran parte han desaparecido tanto por el efecto de la guerra como por demoliciones.
Esta muestra es un aporte de Rumania, que ejerce la presidencia rotativa de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA), de la cual Argentina es el único país latinoamericano miembro de la misma.
La inauguración de la muestra se llevó a cabo el pasado jueves 13 de octubre, y el presidente del Museo, Gustavo Sakkal, manifestó que la muestra “que hace la embajada de Rumania con el apoyo de Menora y es expuesta en el Museo, son instrumentos que nos ayudan a tratar de explicar lo que era la vida del mundo sefaradí en Europa, así como de toda la vida judía, hasta que sucedió lo que aconteció”, y afirmó “pero como decimos siempre, hay gente que perpetuó la Shoá, los nazis, y hubo gente que de alguna manera fue cómplice necesaria, los indiferentes, pues como estuvieron los nazis que ejecutaron la matanza, hubo un mundo que decidió mirar hacia otro lado mientras esto pasaba”, sosteniendo que “hoy en día es importante ver donde nos paramos y si cuando suceden hechos miramos hacia otro lado o si decidimos formar parte y actuar y tratar de poner nuestro granito de arena para que esas cosas no sucedan y esta muestra, y las distintas cosas que venimos realizando, obviamente son hechos fundamentales para tratar de hacer nuestra tarea y que podamos llevar esta muestra (itinerante) en forma conjunta para concientizar y llevar a delante la tarea”. Luego, agradeció a la embajada de Rumania y a Menora que hayan elegido al Museo para exponer “Bucarest Sefaradí”.
Por su parte, la embajadora de Rumania, Carmen Liliana Podgorean, recordó que la Argentina es el único país latinoamericano integrante de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, cuya presidencia rotativa es actualmente la ocupa su país, y destacó el apoyo recibido por el rabino Isaac Sacca y el Museo del Holocausto de Buenos Aires; a la DAIA por la difusión, como también la labor llevada a cabo por la curadora de la muestra, Felicia Waldman.
La curadora de la exposición, Felicia Waldman, explicó que su interés por el Holocausto tiene que ver con el sentido que tiene para el futuro, la memoria de lo ocurrido por lo que “la relación entre la muestra y el Holocausto no está relacionada con la muerte, sino con la cultura, la herencia y con la vida”. “El foco de esta muestra está en la cultura, la herencia y la vida y algunas de las imágenes que van a ver ya no existen más en Bucarest y, por lo tanto, son importantes las imágenes para mantener esa memoria viva. Hoy, en Rumania, hay menos de 50 judíos sefaradíes, pero eran los más numerosos antes de la guerra.”
El rabino Isaac Sacca, por su parte, manifestó respecto a la muestra que se estaba inaugurando: “Esta muestra y estas iniciativas significan perdonarse entre todos y volver a ser seres humanos, vivir en paz, no olvidar pero no guardar rencor; no echar culpas a quien no tuvo culpas, porque es nieto, descendiente, pariente o de la misma religión. [La culpa] debe aplicarse a las personas que cometieron los delitos, y no trasladarlo genéricamente o por herencia a los demás. Nosotros, los hijos, debemos aprender de los errores de nuestros padres y no volver a cometerlos y este acto para mí es de mucho contenido espiritual.”
El rabino Sacca explicó que la característica sefaradí es que “los sefaradíes desarrollaron un carácter de poder convivir con el mundo exterior, con lo distinto, y mantener a su vez las tradiciones, su cultura, respetando al prójimo y aceptando al prójimo”. Resaltando que esto “era una habilidad excepcional que tendría que difundirse en el mundo entero, a todas las religiones”, y que “ese desarrollo tan moderno, de avanzada existía hace mil años, fue trasladándose con los sefaradíes a donde iban, y llegaron a Burcarets, a Rumania, por eso hoy esta exposición muestra ese aporte sefaradí: aprender a convivir”. También agregó “el Talmud dice que como todos los rostros son distintos las ideas son distintas, y por lo tanto hay que saber convivir, no por pensar distinto tenemos que dejar de amarnos, de ayudarnos entre las personas; esta muestra tiene todo este contenido emocional, por eso nuestras bendiciones a la embajada de Rumania, a la embajadora Podgorean; al Museo del Holocausto que está enarbolando la bandera de los derechos humanos, el recuerdo de la Shoá; al secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj; a todos los embajadores, a todos los miembros de este gobierno que D’s los bendiga, que tengamos un año bueno. Gracias por venir y que D`s los bendiga”.
Claudio Avruj, presidente honorario del Museo, afirmó “vine porque me pareció que era importante que el Estado argentino esté presente en este evento, ya que la Argentina es el único país latinoamericano que integra la Alianza Internacional para la investigación, el estudio y el recuerdo del Holocausto; y es fundadora de esta Alianza, a principios del año 2000, cuando asiste el presidente De La Rúa a la primer Conferencia de Estocolmo y, justamente, Rumania es la sede de la presidencia, por lo que me parece que es de buena cortesía, de buenos vecinos, de reconocimiento mutuo estar presente”.
“Vengo también desde mi convencimiento personal, ayer estuvimos viviendo Iom Kipur, el Día del Perdón, que es un día de profunda reflexión de introspección, fundamentalmente de pedido de paz para todo el mundo; y me pareció que era realmente oportuno el primer día después de ese día tan importante estar aquí todos juntos haciendo este ejercicio de memoria colectiva”, aseguró Avruj, anunciando que, reafirmando el compromiso del Estado Argentino con la educación, la enseñanza y el homenaje “estaremos ahora presentes en la plenaria en Rumania , el próximo 8 de noviembre (a la noche), como Estado Argentino junto con la B’nai B’rith; y, en auspicio de todas las organizaciones comprometidas con el tema del Holocausto, haremos el acto de recordación del progrom de 1938, del 9 de noviembre, en el monumento del Holocausto, porque creemos como Estado que ese espacio, la plaza de la Shoá y el monumento del Holocausto tiene que pasar a ser el escenario natural donde todos los homenajes de la comunidad, que tienen que ver con la temática, se tienen que desarrollar”.
Avruj explicó que esto era así porque “primero, hay que hacer conocer ese monumento, y segundo, y fundamental, porque el tema del Holocausto, la Shoá, no es de los judíos solamente, es de la sociedad y si queremos construir una sociedad basada en valores, en los principios de los derechos humanos, en el encuentro, en el respeto, en la memoria, me parece que esos eventos tienen que hacerse en el espacio público y ser compartidos por toda la sociedad, por lo cual, la invitación a todos queda formulada y esta es la explicación de porqué estoy acá”.
El acto fue conducido por el director ejecutivo del Museo del Holocausto, Jonathan Karszenbaum, y estuvieron presentes el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban; el embajador de Turquia, Taner Karakaş; el embajador de Uruguay, Hector Lescano Fraschini; el embajador de España, Estanislao de Grandes Pascual; la embajadora de Austria, Karin Proidl; el embajador de Alemania, Bernhard Graf von Waldersee; y diplomáticos de las embajadas de Paraguay, República Checa, y Francia.