Itongadol.- El vicepresidente internacional de Marcha por la Vida e hijo de un sobreviviente del Holocausto, Baruch Adler, informó sobre la necesidad de insistir con la enseñanza del terror que significó el Holocausto para la humanidad y se manifestó «orgulloso» por la adhesión a las marchas que se repite en países de América Latina.
En una entrevista con Itón Gadol, Adler analizó el crecimiento del antisemitismo en Europa. «Muchos procesos políticos y sociológicos que se están dando en el mundo lleva a que haya un recrudecimiento tan importante del antisemitismo. Uno de los más importantes es el relacionado con la inmigración o emigración de refugiados a distintos países de África, Asia, el Lejano Oriente que por problemas económicos van a Europa y también Estados Unidos».
Además, el dirigente calificó de «indignante» a una polémica ley sancionada en Polonia en 2018 que permitía que cada historiador relatara los sucesos de la Shoá y la Segunda Guerra Mundial de la forma que quisiese, «sin perjuicios ni obligaciones legales». En aquel momento, el presidente de Israel Reuven Rivlin en su discurso para Marcha por la Vida fue crítico con el gobierno polaco, manifestando la molestia que tanto Israel como sus instituciones sentían por la controvertida legislación.
A continuación lo más importante de la entrevista:
-IG:¿Cuál es el sentimiento más profundo que siente cuando ve a la distancia lo que se ha logrado con Marcha por la Vida?
-BA: Marcha por la Vida y toda la educación relacionada con el Holocausto para mí es un deber, algo a lo que me siento completamente obligado y no puedo pensar en vivir sin dedicar tanto tiempo como tenga para esa meta. Es cierto que hemos logrado, como institución educativa, mucha envergadura, importancia y andamiaje, y estamos orgullosos, especialmente de lo que está pasando en el Cono Sur, en Argentina, en Brasil, sobre todo en Argentina donde hay año tras año muchísimos participantes.
-IG: ¿Cuánta gente participó en las primeras Marchas y en las últimas?
-BA: La primera Marcha, en la que yo participe, éramos alrededor de 1.200 personas, gran parte de ellos israelíes y algunos que vinieron de Miami y de otros lugares de Estados Unidos; muy pocos de algunos lugares europeos, inclusive varios que vivían ya en Israel. A medida que pasaron los años, los números fueron duplicándose, y 16 años más tarde fueron las Marchas más grandes, la de mayor cantidad tuvo 18.000 personas, no recuerdo si la del 2005 o 2008, y después se estabilizó más o menos en alrededor de las 10.000 personas que incluyen varios miles de personas jóvenes en su gran mayoría no judíos de Polonia, la ex Checoslovaquia, Rusia, y de otros países limítrofes. A nosotros nos interesa mucho y nos parece excelente que ese tipo de juventud: boy scouts, y no solo boy scouts de esos países participen. También hay profesores y maestros que participan año tras año, lo que nos da una profunda satisfacción.
-IG: Hace dos años, el presidente del Estado de Israel, Reuven Rivlin, participó de Marcha por la Vida y en su discurso tuvo una fuerte crítica al presidente de Polonia. ¿Cómo describe la relación entre ambos países hoy?
BA: Ocurrió que dos meses antes de la Marcha de 2018, Polonia se afianzó mucho sobre su famosa ley que prohibía, en cierta manera, contar la historia como a cada historiador le parece, libremente, sin perjuicios ni obligaciones legales. Esa decisión, tanto Israel como muchas instituciones israelíes, Yad Vashem y también Marcha por la Vida la consideramos indignante. Por ejemplo yo no considero que haya que conocer la historia solamente como la va a contar un profesor de Yad Vashem pero de ninguna manera se le puede decir a un profesor de Yad Vashem ‘si tú vas a seguir diciendo tal o tal cosa en charlas, cuando llegues a Polonia te vamos a meter preso’. No puede existir algo así 80 años después del Holocausto. Eso fue una tensión importante, y el presidente Israel tomó sobre sí la noble tarea de decir acá: ‘Nosotros no lo hemos de aceptar, la historia tiene que ser contada de acuerdo a los hechos y cada uno ha de interpretarla como ha de interpretarla’. Es cierto que no se puede comparar la responsabilidad de los polacos con la responsabilidad de los nazis, sobre todo relacionado con los campos de exterminio en Polonia. Por otro lado, todos sabemos la historia de gran parte de los polacos y los judíos en los años ’30 y ’40.
-IG: ¿Y ese malestar entre los dos países persistió o se aclaró el asunto?
BA: La tensión se dejó de lado, no es que llegaron los países a un entendimiento porque tanto en Polonia como en Israel, los gobiernos no cambiaron, así que no es que se superó, se dejó de lado habiendo otras tantas cosas hoy en día para dedicarse, sobre todo el COVID-19. Mientras tanto, los polacos llegaron a endulzar la ley un poco en lo relacionado con los castigos para los casos en los que se trasgreda.
-IG: En todos estos años, ¿vivió una situación peor a esta o es la primera vez que se presenta algo así?
-BA: No sé si se podría decir que es la primera. En 32 años de la Marcha, han habido sucesos, episodios antisemitas con grupos que han sido tratados con la policía, etc. Alguna que otra vez inclusive gente se fue a las manos y hubo peligro también de personas que daría la impresión que pueden ser amenazantes, pero hechos muy puntuales, en lugares específicos. De ninguna manera se vio nunca algo que se lo pueda relacionar con una regla gubernamental, municipal o algo que se le parezca. A nivel político y policiaco yo pienso que sí, que esa tensión fue el momento más álgido.
-IG: Además, han quitado el cartel en la antigua fábrica de Oscar Schindler en Cracovia que recordaba lo sucedido…
-BA: Son cosas que pasan, y nosotros tenemos el deber también frente a los polacos, pese a que hay que acordarse de que año a año, el gobierno polaco, la policía polaca nos facilita que se pueda organizar eventos tan numerosos, tan importantes, con tantos ómnibus, con tantas necesidades de seguridad, etc. Pese a eso, cuando tenemos que decir lo que hay que decir, lo hacemos, y tenemos nuestros voceros para llegar a medios, a personalidades y a medios importantes en Polonia para decir lo que nos desagrada, y uno de los ejemplos fue el caso del presidente Rivlin.

La antigua fábrica de Oscar Schindler en Cracovia y el cartel de la polémica.
-IG: ¿Algo pone en riesgo la continuidad de las futuras Marchas?
-BA: No lo vemos así. Hay que acordar que Polonia también cuando salió la famosa ley, inclusive durante la discusión, siempre dijo: «Nosotros estamos a favor de que vengan cuanto más a conocer lo que hicieron los nazis en Polonia, el sufrimiento del pueblo judío, que gran parte de ellos fueron polacos y lo que también han sufrido los polacos». Claro ellos ponen el énfasis uno, dos y tres veces lo que han sufrido los polacos, lo que han sufrido los judíos polacos, etc. etc., pero eso los lleva a querer mucho a dar importancia a lo que existe en suelo polaco también, digamos, para mostrar lo que ellos consideran que es el sufrimiento tan grande del pueblo polaco que está allí mismo, que está en Auschwitz, está en Majdanik, así que mientras tanto no me parece, D’s libre y guarde, solo se habría un gobierno no solo, llamémoslo un poco de derecha sino más bien súper nacionalista para no decir más que eso, quiero rezar que no sea así.
-IG: Usted mencionó el tema educación de la Shoá, y en muchos países se está comenzando a educar sobre la Shoá, ¿cuál es tu visión?
-BA: Se trata de algo muy positivo, pero desgraciadamente no lo suficientemente aplicado y no dando los resultados que tendría que dar. Se han publicado encuestas en los últimos años con resultados muy desafiantes y muy tristes: que gran parte de la juventud en muchísimos países occidentales, y orientales también, apenas saben de que se trata los nombres como Auschwitz o Eichmann o Majdanek, Treblinka u otras cosas que son el ABC del Holocausto. Está bien que varios países estén tomando esas medidas pero quisiera que sean muchos más. En Estados Unidos, por ejemplo, son relativamente pocos los estados que lo han hecho, se necesitan que sean todos, y ni que hablar en países con una problemática del antisemitismo mayor. En Europa los países que estaban detrás de la “Cortina” donde todo lo que está relacionado con el antisemitismo tiene raíces muy profundas históricas, religiosas, etc. Es un paso adelante pero hay muchos más que dar.
-IG: Se está produciendo un recrudecimiento del antisemitismo tanto en Europa como en los Estados Unidos, ¿cuál es su opinión?
-BA: Muchos procesos políticos y sociológicos que se están dando en el mundo lleva a que haya un recrudecimiento tan importante del antisemitismo. Uno de los más importantes es el relacionado con la inmigración o emigración de refugiados a distintos países de África, Asia, el Lejano Oriente que por problemas económicos van a Europa y también Estados Unidos, y que llevan consigo también esos sentimientos malvados, perversos, que hay contra los judíos desde tantas centenas de años y que recién hace 80 años llevaron a la masacre más grande de la humanidad y del pueblo judío. Esto hace que todo se confunda y se haga un hervidero. Dado todo eso tenemos nosotros, los judíos que redoblar los esfuerzos, si pensábamos que era suficiente lo que se hizo en los años ’50, ’60, ’70 u ’80, hoy vemos que hay que trabajar de vuelta. Marcha por la Vida es el instrumento mejor para enseñar a la juventud lo que ha pasado. Solo ver, vivir y oler, sentir y tocar cambia completamente a diferencia de todas las charlas, o lecturas, o lo que se puede ver en una película. Tenemos que hacer esfuerzos enormes de hablar con los gentiles, de expresarles nuestros sentimientos, de hacerlos socios nuestros, porque la gente es cómoda y muchas veces sin maldad pero por comodidad, por conveniencia, tiende a dejar de lado temas un poco antipáticos, adversos, que no son fáciles de tratar. Si nosotros no vamos a batallar, no vamos a recordar día y noche, todo el tiempo la gente va a tender dejarlo de costado y a su vez olvidarlo.
-IG: ¿Usted habla de los gentiles?
-BA: Antes que nada, los gentiles, que no tienen familiares, abuelos y bisabuelos, pero sí también la juventud judía. Primeramente hay una gran parte del pueblo judío donde no están entretejidas las historias, las raíces con la gente que fue parte, que tuvo sobre sí la Shoá. Por otro lado, inclusive descendientes de europeos o centroeuropeos pueden preferir olvidar temas que les parecen que no tienen por qué ser tratados. Yo lo veo algo como un pecado, el pecado más cardinal que yo puedo pensar que existe. Yo tengo la historia de mi madre, mi familia y el sufrimiento de ella y lo que ella pasó y lo que ella vivió y yo no puedo pensar. El sufrimiento de ella y de tantos miles de sobrevivientes que como ella toda la vida quedó marcada para siempre por el episodio más triste que puede uno pensar que puede vivir.

Baruch Adler.
-IG: ¿Quienes están participando actualmente en Marcha?
-BA: Muchos grupos de jóvenes y también mayores están viajando a conocer los campamentos, los campos de concentración y de exterminio. Es una realidad que pensábamos que podía existir: grupos de gente de Polonia, de Alemania y del Lejano Oriente; japoneses y coreanos, si bien los coreanos no tienen nada que ver con el Holocausto, pero la conciencia humana de todas maneras los llama a considerarse parte de aquellos que sienten culpa. Y así es que en todas las Marchas uno ve un contingente de coreanos, que están parados con carteles, pueden ser cientos de carteles que dicen: ‘señores judíos perdón’, ‘señores judíos nosotros nos sentimos culpables, ustedes tienen todo el derecho de la vida a pensar que son sagrados y después de lo que han pasado’. Unas frases que a uno les parece serán reales, cierto está escrito. En una dimensión un poquito menor, también pasa eso con grupos de generaciones jóvenes de alemanes. En las generaciones mayores, algunos estaban muy involucrados, otros menos, pero quien más que menos eran todos ciudadanos del Reich en la época de los ’30 y los ’40. Claro hay muchos que les lleva eso a tomar parte de la culpa y conciencia de lo que los antepasados vieron, hicieron o vivieron. Lo viví también yo una vez en Budapest que había un grupo muy grande, preparándonos para la Marcha con un grupo de húngaros que íbamos a viajar juntos a Polonia. En la ciudad de Budapest encontramos un contingente alemán, gente de los veinte y algo y los cuarenta y algo, todos segunda generación o tercera generación de gente involucrada.
-IG: ¿También participan personalidades?
-BA: Sí, por ejemplo Pilar Rahola, una persona excepcional. Tuve el honor de caminar con ella, en la Marcha y también estar acá en Israel en más de una oportunidad, en una conferencia. No hace muchos años hemos escuchado el discurso del quien era presidente de Hungría, no recuerdo el nombre, tomó sobre sí la responsabilidad de lo que Hungría hizo, en cierta manera, cooperando con el nazismo en los últimos años del Holocausto, fue un discurso extraordinario. Y lo han hecho otros, jerarcas religiosos católicos, protestantes y ortodoxos. Realmente como uno bien lo sabe, también al conocer la historia de los Rectos de la Humanidad, no todo en ese océano de perversidad, de maldad y de odio hubo islas importantes de bondad, dedicación y sacrificio, gracias a un caso de ese tipo yo existo, al que salvo a mi madre, existen, existieron y siguen existiendo gente capaz de tomar sobre sí la responsabilidad, pese a que no fueron personalmente participes de los que hicieron los nazis en esos años, pero toman responsabilidad un poco sobre sus espaldas también.
-IG: Ver que el Ghetto de Varsovia estaba en el centro de la ciudad impacta…
-BA: Sí, y más aún, en el año 1986, la primera vez que yo viaje estaba mantenido todo por el régimen comunista, por la pobreza del pueblo polaco en esos años, que apenas habían pasado treinta y algo de años de la guerra y que los había conservado un poco como en un congelador, todo estaba allí, como los alemanes los habían batido y echado ahí nomas y estaba todo.
-IG: ¿Cuál es tu impresión de la asistencia de los principales lideres mundiales a la conmemoración del 75º aniversario de la Liberación de Auschwitz que se efectuó en enero pasado en Jerusalem?
-BA: Muy importante y se relaciona, por ejemplo, que se están abriendo más y más cursos educativos en universidades o en escuelas secundarias. No cabe la menor duda que ese tipo de declaraciones públicas de personalidades de tan importantes países crea cierta obligación, no a largo plazo pero sí mientras están esos políticos, a cargo de sus funciones. Estuvo muy bien organizado, ojalá que sea algo que sigan haciéndolo en Jerusalem y con una presencia tan importante.
-IG: El presidente Fernández de Argentina estuvo en Jerusalem, y fue el único país en Latinoamérica representado a ese nivel. Luego Argentina adopta la definición de antisemitismo aprobada por la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA). ¿Cómo se logra amplificar y comprometer a otros líderes del mundo?
-BA: El Ministerio de Relaciones Exteriores israelí o quien pueda, hay también un ministerio en Israel de, llamémoslo del Pueblo Judío, de la Diáspora, y también organizaciones como nosotros, como Yad Vashem, tienen que tomar sobre su cargo, como lo habíamos dicho anteriormente, el batallar sobre ese tipo de carencias. Uruguayo que soy voy a ver qué puedo hacer por lo menos en mi pequeña partecita, si yo puedo hacer algo, para que cambie la realidad en Uruguay, ahora también que hay un gobierno que me parece que va a ser más benévolo en ese punto quizás que el anterior. Voy a ver qué puedo hacer, pero algo tenemos que hacer.
DB