Itongadol/Agencia AJN.- El padre del Eitan Mor y la madre de Avinatan Or, ambos rehenes israelíes de terroristas palestinos en Gaza, le enviaron una carta al ministro de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, hombre de confianza del primer ministro Benjamin Netanyahu y principal negociador con Hamás, expresándole que se sintieron “enojados, humillados, confundidos y exhaustos” tras reunirse con él para hablar sobre sus esfuerzos para liberar a sus hijos.
Según Tzvika Mor y Ditza Or, ambos miembros del minoritario Foro Tikva de familiares, Dermer no les preguntó por qué habían solicitado la reunión, que dicen hicieron hace tiempo.
“Empezó con un ataque descontrolado de palabrerío, del que ninguno sacó casi nada en claro. Ninguno de los tres es estúpido. Las pocas palabras que logramos decir fueron un arrebato descortés, según sus palabras. Si no hubiéramos sido descorteses, ni siquiera habríamos podido expresarnos ese poquito”, le escribieron.
“La elección de esa estrategia (y no es el primero en hacerlo) expresa una profunda falta de respeto hacia nosotros como personas, como padres desconsolados.”
“Durante casi dos horas nos contó con gran e irritante detalle acerca de las etapas de los combates y los acuerdos desde el inicio de la guerra. En ocasiones le pedimos que concentrarnos en el período actual y en cómo lidiar con los desafíos que tenemos ante nosotros, pero no sirvió de nada. Insistió en continuar con el resumen histórico. Finalmente, tras dos horas irrelevantes, quedó poco tiempo para discutir posibles cursos de acción y ya estábamos completamente agotados”, continuaron.
Mor y Or afirmaron que, en las horas posteriores a la reunión, “comprendimos la magnitud del desastre”.
De Gaza, «quien no sale en el pequeño grupo actual es abandonado a su suerte en las profundidades del infierno. No hemos entendido de usted ninguna propuesta operativa que consiga devolver [a los rehenes] a casa, ni cuándo. A petición nuestra, dio un plazo estimado de 3 a 6 meses, pero sin un plan de acción».
“Nuestros seres queridos están abandonados en el infierno y esperarán paciente y cortésmente su amargo final. Le advertimos nuevamente que no se atreva a discriminar entre sangres, ni a priorizar la vida de rehenes seleccionados a costa de la de los otros. No tiene derecho a rendirse ni renunciar a la vida de nuestros seres queridos. Solo todos [los cautivos] juntos.”