Agencia AJN.- Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad Ben-Gurión (BGU) y la Universidad de York en Canadá reveló el impacto de los barbijos a la hora de identificar a las personas.
Los hallazgos fueron publicados en la revista Scientific Reports.
“Para aquellos que no siempre reconocen a un amigo o conocido cuando tienen puesto el barbijo, sepan que no están solos”, expresaron el profesor Tzvi Ganel, jefe del Laboratorio de Percepción y Acción Visual del Departamento de Psicología de la BGU, y el profesor Erez Freud, graduado de la BGU y actual miembro de la Universidad de York en Toronto.
“Los rostros se encuentran entre los estímulos visuales más informativos y significativos en la percepción humana y desempeñan un papel único en las interacciones comunicativas y sociales cotidianas”, señalan los investigadores. “El esfuerzo sin precedentes para minimizar la transmisión de COVID-19 ha creado una nueva dimensión en el reconocimiento facial debido al uso de máscaras”.
Para examinar los efectos de usar máscaras, los investigadores utilizaron una versión modificada del Cambridge Face Memory Test, el estándar para evaluar la percepción facial, que incluía rostros enmascarados y desenmascarados. El estudio se realizó de manera online con un grupo de casi 500 personas.
Los investigadores encontraron que la tasa de éxito al identificar a alguien que usa un barbijo se redujo en un 15%. “Esto podría llevar a muchos errores al reconocer correctamente a las personas que conocemos o, alternativamente, reconocer accidentalmente rostros de personas desconocidas como personas que conocemos”, explicó la profesora Galia Avidan, miembro del Departamento de Psicología de BGU y del Departamento Cognitivo y de Ciencias del Cerebro. “Las máscaras faciales podrían ser aún más desafiantes para las personas cuyas habilidades de reconocimiento facial no son ideales desde el principio”.
El equipo de investigación también descubrió que las máscaras interferían específicamente con la extracción de una impresión holística de las caras y conducían al procesamiento característica por característica, que es una estrategia menos precisa y que requiere más tiempo.
“En lugar de mirar toda la cara, ahora nos vemos obligados a mirar los ojos, la nariz, las mejillas y otros elementos visibles por separado para construir una percepción facial completa, lo que solíamos hacer al instante”, dicen los investigadores.
Estos cambios podrían tener efectos significativos en las actividades de la vida diaria, incluidas las interacciones sociales, así como en otras situaciones que involucran interacciones personales, como la educación.
“Las investigaciones futuras deberían explorar las implicaciones sociales y psicológicas del uso de barbijos en el comportamiento humano”, afirmó Ganel. “La magnitud del efecto de las máscaras que informamos en el estudio actual es probablemente una subestimación del grado real” de consecuencias.