Estimados amigos y seguidores de la Universidad Ben-Gurión del Néguev:
Al escribirles en esta época de Pésaj, pienso en el ritual atemporal de nuestra mesa del Séder. Juntos, pronto relataremos la travesía de nuestro pueblo desde la esclavitud hasta la libertad, una historia que me impacta profundamente, especialmente ahora.
Al igual que el año pasado, esa reflexión sigue teniendo un gran peso. Dos miembros de nuestra familia universitaria, Avinatan Or y Sahar Baruch z’l, permanecen en cautiverio. Pienso en ellos a diario, y estoy seguro de que ustedes también. El cautiverio continuo de los rehenes, la tensión de la guerra y la creciente agitación política, tanto aquí como en el extranjero, nos recuerdan lo preciosa y frágil que es nuestra libertad.
Sin embargo, al abrir la Hagadá, recuerdo que la liberación nunca llega en un momento dramático. Se desarrolla paso a paso, mediante la persistencia, el coraje y una fe inquebrantable en lo que el mañana puede traer.
Este ha sido nuestro camino en la Universidad Ben-Gurión.
A pesar de todo lo que hemos enfrentado, no solo hemos resistido, sino que hemos prosperado. Una encuesta reciente confirmó lo que muchos sentimos en el corazón: entre las instituciones del Néguev, la BGU se destaca como la institución que aporta una importancia crucial y un orgullo sin precedentes al Néguev. Nuestra excelencia académica se extiende a la comunidad en general, generando casi mil millones de dólares anuales para la economía del Néguev. Imaginen lo que podemos lograr. A medida que crecemos.
Las cifras cuentan una historia extraordinaria: nuestra producción de investigación ha crecido más rápido que la de cualquier otra universidad israelí, la matrícula estudiantil ha alcanzado niveles récord y nuestro prestigio académico global continúa en ascenso. Quizás lo más destacable es que hemos equilibrado nuestro presupuesto sin tocar nuestras reservas de inversión, un logro que significa que podemos seguir invirtiendo en lo que más nos importa: nuestros estudiantes, nuestra investigación pionera y nuestro futuro compartido.
El próximo mes celebraremos el 50º aniversario de nuestra transformadora Facultad de Medicina Joyce e Irving Goldman. Los ex alumnos esperan con ansias la oportunidad de reconectarse, compartir el «Espíritu de Beersheba» de la medicina y compartir las historias de nuestra querida facultad de medicina, que ha transformado la atención médica en el Néguev.
Nada de esto ocurre por casualidad. Sucede gracias a personas como ustedes —nuestra extensa familia de BGU— que se niegan a dejar que la adversidad nos defina. Su compromiso me inspira a diario.
La historia de Pésaj nos invita a vernos como si hubiéramos salido personalmente de Egipto. Para mí, esto significa reconocer que la renovación no es solo un don ancestral, sino nuestra responsabilidad actual. En la Universidad Ben-Gurión, respondemos a ese llamado juntos, con determinación y corazón.
A cada uno de ustedes que nos ha acompañado en estos tiempos difíciles: No puedo agradecerles lo suficiente. Su colaboración, su fe en nuestra misión y su apoyo garantizan que la esperanza —la esencia de Pásaj— siga brillando con fuerza desde nuestro rincón del Néguev.
Mi deseo para ustedes y sus seres queridos en este Pésaj es que tengan momentos de paz y renovación. Rezo por el regreso sano y salvo con sus familias de Avinatan, Sahar y todos aquellos que se encuentran secuestrados. Y espero con ansias continuar nuestro camino hacia un futuro mejor.
Jag Sameaj,
Profesor Daniel Chamovitz
Presidente, Universidad Ben-Gurión del Néguev
