Algunas cosas no pueden olvidarse. Quizás desearíamos poder hacerlo, pero simplemente no se puede. A medida que nos acercamos al final del año más desafiante de nuestras vidas colectivas, la mayoría de la gente quisiera borrar los recuerdos del año que pasó. Y con razón. Porque ¿quién quiere mirar atrás hacia los ojos de aquellos que perdimos, a las vistas de ciudades vacías, hospitales abarrotados, personal hospitalario en apuros? En el año en que nos convertimos en una tribu verdaderamente global, el escenario era gris y teníamos que seguir las sirenas que nos llevaban al backstage, de vez en cuando.
Cada fin de año, en esos últimos minutos seguidos de los primeros segundos del nuevo, sentimos que se baja un telón e inmediatamente se abre otro. Pero esta vez, el año no termina hoy. Porque por mucho que queramos que termine, tardará un poco más en quedar atrás. Con suerte, el año más largo de nuestras vidas terminará en unos meses. 2021 no es más que un número que marca nada más que el paso del tiempo. Sin la fanfarria de los fuegos artificiales, celebrando las cuentas regresivas y las fiestas de disfraces, este momento será extraordinariamente diferente a todos los demás que recordamos.
El año pasado, como en una película alienígena invasora, tuvimos que alejarnos físicamente. Alejarnos de las personas, alejarnos de las partículas peligrosas, alejarnos de nuestras propias vidas para adaptarnos. Para muchos, adaptarse estaba fuera de su alcance, o simplemente no podían. La mayoría encontró formas de adaptarse para sobrevivir. Algunos se adaptaron de maneras que iban más allá de la supervivencia, encontrando formas de hacer cosas asombrosas.
Todos hicimos lo mejor que pudimos.
Los recuerdos de los tiempos que vivimos nos acompañarán durante mucho tiempo. Recordar es una forma de seguir aprendiendo y creciendo. Cuando miremos hacia atrás, veremos mucha compasión, inspiración y coraje.
Por eso, esta noche celebraremos la esperanza. Nos premiaremos con nuestra resiliencia, nuestra fe infinita de que venceremos. Esta noche, al llegar a esa intersección del tiempo, las copas de champán nos animarán y nos ayudarán a desear lo mejor de nosotros mismos, que el mundo se cure y que nuestra humildad nos dé otra oportunidad.
¡FELIZ AÑO NUEVO!