Itongadol.- En respuesta a la crisis económica de Argentina, agravada por el impacto del COVID-19, el Joint Distribution Committee (JDC) se comprometió a brindar asistencia a más de 700 familias judías con apoyo que podrá ser aplicado para gastos de alimentos, medicamentos, pago de servicios u otros asociados a vivienda. Este programa, creado para dar respuesta a necesidades de familias que no formaban parte del servicio social de la comunidad previo a la pandemia, tiene su base en Buenos Aires -donde reside el 85% de la población judía del país- y se lleva a cabo en colaboración con la Fundación Tzedaká, AMIA y la Fundación de Acción Social de Jabad.
El JDC también replicó el programa de ayuda en 14 comunidades en provincias de la Argentina, donde la organización tiene una presencia de larga data brindando asistencia a los judíos más vulnerables y apoyando la vida comunitaria.
El programa proporciona ayuda temporaria durante un máximo de seis meses a familias judías que se sostienen por actividades cuentapropistas, tienen un solo ingreso o cuyos ingresos se han reducido considerablemente a causa de la pandemia.
El JDC desempeñó un papel fundamental en la ayuda a la comunidad judía argentina para su recuperación luego del colapso económico en 2001, proporcionando una amplia gama de asistencia, servicios humanitarios y capacitación laboral. Asimismo, a la comunidad a través de un proceso de fortalecimiento de sus organizaciones locales para gestionar mejor las crisis futuras. Parte de este trabajo se reflejó en el fortalecimiento de la Fundación Tzedaká, una de las principales organizaciones judías de lucha contra la pobreza en Argentina.
Además de su labor de asistencia, el JDC ha desplegado un enfoque múltiple de gestión de crisis para ayudar a las instituciones y líderes comunitarios del país y de toda América Latina que se enfrentan al COVID-19. Esta labor incluye:
• Programa de resiliencia comunitaria para más de 40 instituciones de la comunidad judía —centros comunitarios, hogares de adultos mayores, establecimientos de la red escolar comunitaria, movimientos juveniles, dirigentes de distintas comunidades del país y organizaciones de desarrollo social— para enfrentar los desafíos que surgen de la pandemia. Estos espacios de capacitación convocan a más de 150 líderes y profesionales comunitarios en la identificación y respuesta a las nuevas necesidades emergentes; el intercambio de conocimientos y la difusión de mejores prácticas; y la participación en la planificación de escenarios y la innovación de programas para abordar de manera integral el impacto de la pandemia a largo plazo.
• La creación por parte del JDC de una red virtual de hogares de adultos mayores de comunidades judías de América Latina, principalmente a través de WhatsApp, con el fin de compartir mejores prácticas para el cuidado de los residentes y medidas de prevención para que puedan dar mejores respuestas al impacto de la pandemia. El grupo participa en actividades de aprendizaje entre pares, seminarios web. Ha incluido también el abordaje de la experiencia de España y el trabajo de JDC con adultos mayores en Israel. La red está integrada por más de 40 profesionales de residencias de adultos mayores y centros de día de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, México, Perú, Uruguay y Venezuela.
• El desarrollo, en asociación con el servicio de empleo de AMIA, de Maavar (“transición), un programa piloto con foco en la empleabilidad para favorecer la reinserción y la reconversión laboral, dando prioridad (de manera no excluyente) a población mayor de 40 años. Maavar reúne una red de diversas organizaciones como escuelas, centros comunitarios y sinagogas que sirven como puntos de acceso para quienes estén interesados en participar en el programa, haciendo especial hincapié en brindar una respuesta comunitaria (para mayor información, escribir a [email protected] o bien a [email protected]).