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Entrevista al Rabino que casó a Montaner y Roitman

Por M S
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Itongadol.- ‘‘Las ceremonias mixtas dependen de quién esté oficiando, en general son muy artesanales. Si hay otro auspiciante involucrado me encuentro con él y a partir de la información que tenemos de la pareja, sean dos varones, dos mujeres o un chico y una chica, buscamos acompañar y darle santidad a ese amor de la mejor manera posible’’, expresó el Rabino Rustein. Escuche el audio de la entrevista al finalizar la nota.

El rabino Rustein, que casó el sábado a Ricky Montaner con Stefi Roitman, es actualmente también cantor y director ejecutivo del histórico Templo Libertad (que pertenece a Fundación Judaica) en Buenos Aires, que tiene servicios tradicionales e igualitarios. Rustein dijo que el judaísmo reformista se está volviendo más atractivo en función de su inclusión para las familias interreligiosas, los judíos LGBTQ y las personas que no serían consideradas judías porque no nacieron de una madre judía, en diálogo con jweekly.com.

Rustein sintió esto en su propia vida. Se casó este año y su esposa no es judía. “No era posible que un estudiante rabínico hiciera esto hace dos años”.

Cuando le consultaron a Rustein en el programa de Jonatan Viale, ‘‘Pan y Circo’’, en Radio Rivadavia, sobre cómo piensa a Dios, el rabino respondió: ‘‘No pensamos en Dios como un señor de barba, viejo, sabio, hombre obviamente, porque son todos varones, que nos manda obligaciones y tampoco pensamos en el casamiento como que Dios nos está encerrando con esposas al lado de otra persona. Si vos me preguntas a mí, qué era Dios en ese momento, te digo que era el amor que ellos sentían entre los dos. Dios es una palabra que significa muchas cosas, significa emoción, significa los valores más profundos por los cuales queremos vivir nuestra vida. Y el amor es uno de esos grandes valores, y dista mucho de ser Dios un varón que me manda a hacer cosas’’.

En relación a las ceremonias mixtas Rustein explicó: ‘‘Las ceremonias mixtas dependen de quién esté oficiando. En general son muy artesanales, y a mi me gusta trabajar así. Estoy muy encima de las parejas para sentarnos a trabajar, a pensar, a ver cómo son y qué sienten ellos. Es importante para mí saber cómo sueñan ese momento. Y si hay otro auspiciante involucrado me encuentro con esa persona y a partir de la información que tenemos de la pareja, sean dos varones, dos mujeres o un chico y una chica, buscamos acompañar y darle santidad a ese amor de la mejor manera posible’’.

‘‘Conocía a Montaner como artista pero ahora lo conocí como ser humano. Al estar ahí presente se sentía una energía muy hermosa que era genuina y sincera. Así como uno piensa de Dios de una determinada manera, uno piensa de los famosos de una determinada manera también, y en cada encuentro que tuvimos me di cuenta de que no existía ningún filtro ni personaje’’, aseguró el rabino.

‘‘Había mucha emoción, alegría y agradecimiento. Creo que lo que hicimos junto a Ezequiel, el pastor, fue habilitar y abrir los portones de la emoción. Y cuando se da lugar a que la gente se ame con libertad, lo único que hace es que todo se vuelva más fuerte. Por lo que frente a algunas personas que pueden llegar a decir que se diluye la tradición judía o evangélica si las mezclas, yo digo que es al revés, que pasa lo contrario, porque es como ponerle sal. Le da más sabor, más presencia. Y había presencia de todo, en cada uno de los encuentros’’, destacó el rabino.


El rabino Rustein.

Cuando le preguntaron a cuántas parejas había casado Rustein respondió: ‘‘No hice la cuenta pero supongo que debo haber casado a 15 parejas. Y sigue siendo igual de emocionante. Me acuerdo la primera vez que asistí a un casamiento a ver cómo se hacía -porque yo terminé mis estudios rabínicos a finales del año pasado, y ahora estoy entregando mi tesis de final de cursada, pero vengo oficiando como rabino hace varios años-, y he casado en diversos lugares del mundo y a diversos tipos de parejas, y me acuerdo que la primera y la segunda vez que vi un casamiento me fui llorando, y es hasta el día de hoy que escucho la música de entrada de la novia y el novio y me empieza a latir el corazón de otra manera. Yo lo que quiero siempre es vibrar con la pareja. La verdad es que por más parafernalia que uno le quiera poner a una boda, si la pareja tiene onda y se quiere, todo el resto fluye y es algo hermoso’’.

Finalmente, ante la consulta de si la gente usó o no usó kipá, el rabino aseguró que: ‘‘Yo les habilité a todos para que usarán lo que quisieran y para que no usaran lo que no quisieran. La kipá es un gorrito que se suele usar en la cabeza y en los movimientos más tradicionales lo usan los hombres y todo el tiempo, y en otros momentos lo pueden usar también las mujeres si desean hacerlo. Había canastitos y se repartían kipots para que quienes tenían el deseo pudieran utilizarlas’’.

Para escuchar la entrevista haga click aquí

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