Itongadol/AJN.- Valentina Leskaj, ex ministra del gobierno de Albania de 2002 a 2017, se unió a la Junta Asesora del Movimiento de Combate al Antisemitismo (CAM), convirtiéndose así en el primer miembro musulmán de la junta.
El CAM es un movimiento de base global, no partidista, de individuos y organizaciones de todas las religiones y credos, unidos en torno al objetivo de acabar con el antisemitismo en todas sus formas en todo el mundo.
Se une a una impresionante lista de asesores que lideran la lucha contra el antisemitismo en todo el mundo, como el presidente de la Agencia Judía, Isaac Herzog, el fallecido ex senador estadounidense Joe Lieberman, el ícono de los derechos humanos Natan Sharansky, el alcalde de Frankfurt Uwe Becker, los lords del Reino Unido John Mann y Eric Pickles, y la aclamada académica de Harvard Ruth Wisse.
“La enfermedad del antisemitismo se está volviendo cada vez más prominente en países de todo el mundo. No es solo un peligro para los judíos y las comunidades judías. Es una amenaza para toda sociedad decente y, por lo tanto, para personas de todos los orígenes: musulmanes, cristianos y más allá», declaró Leskaj.
Cuando fue miembro del parlamento albanés, se desempeñó como ministra de Trabajo y Asuntos Sociales, vicepresidenta del Parlamento y vicepresidenta de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.
De 2013 a 2017, fue presidenta del parlamentario Grupo de Amistad Albania-Israel y jefa de la Delegación del Parlamento albano en el Consejo de Europa.
Paralelamente a su carrera política, Leskaj también ha estado activa en la academia y la sociedad civil,y ha sido autora de muchas publicaciones sobre política, derechos humanos, género, población y desarrollo.
Durante la Shoá, los albaneses protegieron a los judíos a pesar de que las fuerzas nazis alemanas que ocuparon el país desde septiembre de 1943 hasta noviembre de 1944, cuando fueron expulsados por los partidarios comunistas locales.
El embajador israelí Noah Gal Gendler elogió el ejemplo de Albania de proteger a la comunidad judía durante la guerra.
«Un excelente ejemplo de un país pequeño que resalta los valores de la humanidad, el sacrificio y el amor, valores que siguen siendo fundamentales en Albania», dijo.
En julio fue inaugurado un monumento a la Shoá a la entrada del Gran Parque de Tirana, la capital de Albania. El sencillo monumento presenta tres placas de piedra, en albanés, inglés y hebreo, que destacan las historias de los albaneses que salvaron a judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
El monumento, ubicado cerca de la Plaza Madre Teresa, tiene inscrita la frase, «albaneses, cristianos y musulmanes pusieron en peligro sus vidas para proteger y salvar a los judíos» y fue diseñado por Stephen Jacobs.
Jacobs, de 81 años, aceptó trabajar en el monumento después de enterarse de que Albania era el único país de Europa que tenía más judíos después de la Segunda Guerra Mundial que antes. Además de no entregarles a ningún judío a los nazis, a cientos de judíos que huían de otros países se les ofreció refugio en el país de mayoría musulmana.
«Pensé que esta era una historia muy importante que necesitaba ser contada», dijo.
Jacobs es un sobreviviente de la Shoá que pasó un tiempo en un campo de concentración nazi cuando era niño.
“Para mí, esto no se trata simplemente de diseñar. Esta es una especie de experiencia personal”, dijo.
La pandemia de coronavirus le impidió asistir a la inauguración en Tirana.
«Somos el único país con más hebreos después de la Segunda Guerra Mundial, donde los judíos vinieron en busca de protección y salvación», dijo el primer ministro albanés, Edi Rama, en la inauguración.
Nacido como Stefan Jakubowicz en la ciudad polaca de Lodz, Jacobs y su familia secular se mudarían a Piotrków, una ciudad que se convirtió en la sede del primer gueto de los nazis. El gueto, que albergaba a 25.000 personas, fue liquidado en 1942.
Jacobs y su familia -sus padres, hermano mayor, abuelo y tres tías- finalmente fueron enviados a campos de concentración. Los hombres fueron a Buchenwald, las mujeres a Ravensbruck. Tenía solo 5 años en ese momento.
Jacobs se convertiría en un destacado arquitecto de Nueva York, fundando su propia firma y haciendo equipo con su esposa, diseñadora de interiores, Andi Pepper.
“No sabía mucho sobre Albania antes. Ciertamente no conocía la historia”, dijo Jacobs.