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Itongadol.- “Todos nuestros conflictos y los momentos de mayor sufrimiento del pueblo judío a nivel mundial nos unen y por supuesto que uno de los efectos secundarios de una lucha bélica de esta magnitud ha sido un renacimiento del sentimiento sionista y de amor a Israel a lo largo de América Latina”, admitió Ariel Goldgewicht, director para América Latina del Keren Kayemet Leisrael (KKL).
“Cuando las municipalidades regionales de las zonas que estaban en conflicto pidieron más refugios (antibombardeos) al KKL, éste les mandó y luego salió a buscar los donativos; en América Latina nos comprometimos a recaudar para 10 y logramos 19 para la zona entre Gaza y Ashkelon, que tienen placas con nombres de familias o países”, destacó.
Estoy en la región los primeros 10 días de diciembre, acompañando a la licenciada Pilar Rahola en una gira de conferencias por países centroamericanos que debió haberse llevado a cabo en agosto pero tuvimos que postergar la a diciembre debido a que durante la visita, después de los dos días en Miami, falleció su padre y tuvo que regresar a España. Ahora vamos a México, Panamá y Guatemala; en total son 14 noches. El primer mega-evento en México se llevó adelante en la sala principal de la comunidad sefaradí, con unas 1.200 personas. Fue un éxito extraordinario. Tuvimos un evento con un grupo específico de la comunidad y una conferencia para mujeres sobre sus derechos en el mundo musulmán. En cada país hay por lo menos una conferencia grande en la comunidad, sin preguntas; eventos de diálogo por la mañana, con no más de 60 personas; y a la tarde está siendo entrevistada por la prensa local.
¿Qué significa que Rahola acompañe al Keren Kayemet?
Pilar tiene mucho agrado de trabajar con el Keren Kayemet debido a que abarcamos valores semejantes a los de ella: está muy en contacto con todo lo que tiene que ver con la ecología, el reciclaje y el bienestar del mundo entero.
¿Cómo ves a las oficinas del KKL en América Latina y su vínculo con las comunidades y la gente que apoyó tanto durante la reciente guerra en la Franja de Gaza?
Todos nuestros conflictos y los momentos de mayor sufrimiento del pueblo judío a nivel mundial nos unen y por supuesto que uno de los efectos secundarios de una lucha bélica de esta magnitud ha sido un renacimiento del sentimiento sionista y de amor a Israel a lo largo de América Latina. Cuando las municipalidades de las zonas que estaban en conflicto pidieron más refugios (antibombardeos) al KKL, éste les mandó y luego salió a buscar los donativos. En América Latina nos comprometimos a recaudar para 10 y logramos 19 para la zona entre Gaza y Ashkelon, que tienen placas con nombres de familias o países.
¿Qué expectativas tienen para 2015?
Será de avance y progreso, específicamente tomando en consideración que estaremos en medio de un año de shmitá (sabático, de descanso de la tierra). La gente a veces se olvida de que el KKL también hace cosas que no son bosques y estamos haciendo todos nuestros esfuerzos para enfocarnos específicamente en proyectos que absolutamente nada tengan que ver con árboles y plantaciones, que van desde avances científicos en la Aravá hasta reconocimiento a Daniel Tregerman (el niño descendiente de argentinos asesinado en la última guerra) que sigue la filosofía de su padre de que su memoria esté por siempre rodeada de risas. Nuestro proyecto va a cumplir ese objetivo, pero está en duda qué va a ser exactamente porque habíamos pensado en hacer un pequeño parque con juegos para niños pero luego nos dimos cuenta de que hay uno muy grande en el kibutz y nos están pidiendo una pileta para niños y estamos tratando de cerrar el presupuesto. Es un proyecto de KKL-Argentina y la OLEI.
¿Qué otros proyectos hay en Latinoamérica?
Tenemos proyectos multinacionales, como uno de Paraguay, Uruguay y Chile, y de un solo país, como Zman Lejabek (Tiempo de abrazar) en México, que es el más grande de América Latina, en conjunto con la Agudá Lemaan Hajaial (Unidad a Beneficio del Soldado) estamos revolucionando las condiciones del servicio militar de las mujeres en el Sur. La idea es que todas ellos son reinas y nuestro deber es encargarnos de que así sea. Nos enteramos de que las bases cercanas al centro del país o que están alrededor de una unidad especial son muy atractivas y reciben muchos donativos, pero nadie ayuda a las lejanas. Por lo tanto, decidimos meternos en las bases de la frontera entre Israel y Egipto, a medio camino entre Eilat y Gaza. Fui a visitarlas y descubrí que tienen muchas necesidades en el medio del desierto, donde hace 40 grados. Éste es uno de los seis proyectos en México.