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Entrevista a Waldo Wolff y Jorge Knoblovits sobre actualidad y la DAIA que viene

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Itongadol/AJN.- A menos de un año de los comicios para elegir un nuevo Consejo Directivo de la DAIA, los actuales vicepresidente 1º y secretario general, Waldo Wolff y Jorge Knoblovits (ambos en la foto), confirmaron a la Agencia Judía de Noticias (AJN) que, mientras siguen activos fuertemente en la actual gestión, lideran un equipo que viene trabajando hace un tiempo de cara a la próxima cadencia.

P- Se había instalado en ciertos sectores de la comunidad que estaban distanciados, pero finalmente están juntos de cara a las elecciones de la DAIA del año que viene…

JK- Sí. Nos han visto con diferencias porque cada dirigente tiene su estilo. Nunca hemos dejado de gestionar y compartir la dirección de la DAIA y la enfermedad de Julio (Schlosser, el presidente) ha dado muestra de que trabajamos en equipo, estamos en sintonía y las diferencias están, pero se hablan y hacia afuera se exhibe una posición monolítica y democrática.

WW- La gente tiene que acostumbrarse a una DAIA en la cual hay distintas opiniones, y eso le hace bien a la comunidad. La DAIA es una institución colegiada, que representa a 120 entidades de todos los colores -de políticas a deportivas, de religiosas a laicas-, y flaco favor le haríamos a la comunidad si pensáramos todos igual. Están representadas todas las voces y creo que lo más destacado de nuestras diferencias es que afianzan la institucionalidad, que nunca estuvo ni va a estar en riesgo.

P- ¿Qué significa el hecho que después de tanto tiempo de gestión se encuentren unidos para la próxima cadencia?

JK- Significa que fue una gestión exitosa y que nos hemos conocido en la tarea, en las diferencias y en las coincidencias. Nos tocó transitar un período muy complicado, de mucha visibilidad y conflicto, durante el cual hemos sabido guardar el equilibro, cada uno con su impronta, para que la DAIA tenga la posición mesurada y de fortaleza que tenemos que exhibir para representar al conjunto de la comunidad judeoargentina, que afortunadamente es diversa.

WW- El que piensa cosas raras, ve cosas raras: no hemos tenido diferencias que afecten a nuestro proyecto. Llegamos a la DAIA con un proyecto consensuado que tiene que ver con respetar la palabra y la mano dadas, y nunca salió de nuestra boca aquello que otros proyectan, vaya a saber uno por qué. El proyecto sigue intacto y las diferencias nos han afianzado porque han mostrado que se las puede tener sin afectar la institucionalidad.

P- ¿Cuál es el mensaje para los dirigentes comunitarios?

JK- Tuvimos una propuesta clara, con un proyecto político del Nuevo Modelo Comunitario que nos sirve como marco. Trabajamos en equipo de gestión en el Consejo Directivo y en el Ejecutivo, lo cual nos permite pensar las decisiones. Entre tantas diferencias mal solucionadas en ámbitos políticos nacionales, provinciales, internacionales y comunitarios continuamos por el camino que nos propusimos de pensar la representación democrática de una comunidad que celebramos heterogénea. Lo que creo que podemos destacar es la manera en que esas diferencias son abordadas.

WW- En la DAIA no hay problemas: hay un proyecto político, un trabajo en equipo, y aquellos que se dedican a buscar diferencias las van a encontrar, pero créannos hay muchas más similitudes y acuerdos.

P- ¿Creen que la gente quiere verlos juntos o separados?

JK- Sin duda alguna la mayoría quiere ver a todos juntos para gestionar, representar y traccionar a la comunidad. Ésas son buenas señales. Nunca hemos mostrado nuestras diferencias, que las tuvimos como puede tenerlas cualquiera, pero tenemos la habilidad para plantearlas cortésmente y de manera inteligente. Siempre es rica cualquier discusión que podemos tener en el equipo.

WW- Las diferencias entre los miembros de la DAIA, incluido el presidente, jamás afectaron el funcionamiento institucional. Esto no ocurre siempre, ni en todas las cadencias. Con respecto a lo que piensan los demás, tenemos tantos proyectos, responsabilidad y trabajo hacia afuera que preferimos quedarnos con nuestra visión de que estamos juntos y no detenernos a mirar a aquellos que querrían vernos separados. El proyecto está intacto y estamos convencidos de que tenemos una DAIA un poco mejor de la que encontramos y de que tenemos mucho trabajo por delante. En definitiva la misión de un dirigente es entregarle una institución mejor a quien lo suceda. Creo que hemos hecho bien las cosas y tenemos mucho para hacer para que quien nos suceda la encuentre todavía mejor.

JK- Así como en el Nuevo Modelo Comunitario hemos incorporado a muchos sectores comunitarios, este marco de inclusión va a seguir, así que apostamos y trabajamos para que la futura cadencia tenga a todos los sectores representados para trabajar todos juntos en proyectos que nos enriquezcan, enaltezcan y sean buenos para todos, como hasta ahora.

P- El año que viene también habrá elecciones nacionales, ¿cómo fue el vínculo con el gobierno?

JK- La DAIA históricamente -y sobre todo en nuestra cadencia, atravesada por el Memorándum de Entendimiento (con Irán en paralelo a la causa por el atentado a la AMIA), que nos ha complicado enormemente y nos ha dado mucha tarea- acreditó que puede tener diferencias sin peleas y sostenerlas jurídica y políticamente con solvencia y determinación.

WW- Siempre decimos que la DAIA mira la política nacional a través del prisma comunitario: tenemos agenda propia y lo hemos demostrado en un tema que atravesó la gestión como el Memorándum. Seguiremos defendiendo nuestra agenda propia, que en definitiva es levantar la bandera de la dignidad judía, que no es otra cosa que vivir libremente sin tener que dar tantas explicaciones respecto a nuestro derecho a existir.

P- ¿Están entusiasmados con esta decisión de ir juntos? ¿Cuál es el mensaje para la comunidad?

JK- Vinimos a la DAIA con una premisa, que es construir. No vinimos a sostener peleas, y si surgen, son diferencias de aplicación de criterio y de mirada que hemos logrado las herramientas adecuadas para solucionarlas. El mensaje es que para juntarse es mejor ser diferentes y que la DAIA es gobernable, previsible y confiable. No dirigimos la DAIA, somos voluntarios puestos en el lugar; somos mandatarios de un grupo de mandantes.

WW- Lamentablemente suelen ser noticia las diferencias, y la noticia es que acá no hay diferencias, hay un modelo, un proyecto y una misión. La DAIA va a seguir siendo previsible, con su propio objetivo; no esperen mayores complicaciones. Vamos a hacer una transición ordenada, respetando a todas las fuerzas políticas que quieran participar y siguiendo el proyecto con el cual arribamos. La comunidad está percibiendo algo bueno. Hemos tenido una DAIA muy presente, “al pie del cañón” en cada uno de los conflictos que le ha tocado sobrellevar, con una actitud proactiva. Lo que viene es un círculo virtuoso, mejor y con previsibilidad política.

P- ¿Esperan una buena convivencia con la AMIA en caso de seguir siendo gobierno?

WW- Por supuesto porque tenemos misiones distintas y complementarias.

JK- Además tenemos la “causa AMIA”, que nos atraviesa y determina acciones en común. En esa pesada tarea jurídica trabajamos de manera mancomunada, y así lo haremos en cualquier otra que requiera la presencia de ambas instituciones de suma importancia para la comunidad judía.

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