Itongadol.- A raíz de los últimos acontecimientos en Jerusalem, la Agencia Judía de Noticias (AJN) entrevistó al rabino Carlos Tapiero, subdirector ejecutivo y titular del Departamento de Educación de la Unión Macabi Mundial, quien subrayó que “la elección de una sinagoga (para cometer un atentado que dejó cinco muertos) no es casual: fue hecha justamente para expresar -por parte de los elementos islamistas más radicales- que el problema es con el pueblo judío y no con el Estado de Israel”.
Por otra parte, también se refirió a la actualidad macabea: “2015 es un año desafiantemente hermoso para el movimiento: tenemos dos grandes eventos fuera de Israel, los Juegos Macabeos Europeos de Berlín, en julio, y en diciembre, los Juegos Macabeos Panamericanos, en Chile”, anticipó desde Jerusalem.
CT- La situación en Jerusalem tiene vertientes preocupantes: hay disturbios que no son espontáneos, sino dirigidos por el liderazgo especialmente joven de los barrios de los alrededores, que en algunos casos generan seria incomodidades a los habitantes, y en otros casos se fomenta el asesinato, como vimos en las últimas semanas. Hay un deseo, tanto de la clase política israelí como de algunos sectores de la clase política palestina, de disminuir las fricciones. Es complicado porque hay un intento muy fuerte de generar violencia -especialmente de jóvenes contra la población judeoisraelí- por parte de Hamas, que permanentemente desafía a la Autoridad Palestina conducida por (Mahmoud) Abbas. Este problema no está resuelto y ha habido algunas iniciativas de algunos políticos israelíes que han permitido avivar el fuego y dieron cabida a una sistemática demonización religiosa por parte de líderes palestinos contra Israel. Me refiero a aquellos políticos de muy bajo grado que pidieron la igualdad de derechos judíos para rezar en el Monte del Templo, el lugar donde estaba originalmente el Gran Templo de Jerusalem, hace más de 2.500 años. Si bien la demanda es legítima -¿por qué no coexistir ambos grupos en el Monte del Templo?-, es percibida por la Autoridad Religiosa Musulmana del Monte del Templo y por todos aquellos que quieren generar disturbios en la relación entre Israel y los palestinos como un acto de provocación. Entonces, aquellos que quieren que esta región sucumba a un fuego de guerras religiosas inmediatamente se montaron sobre este tema para hacer una demonización, en la cual se acusa al Estado judío de estar deseoso de conquistar el Monte del Templo, pese a que aun los políticos más radicales nunca expresaron semejante afirmación.
P- ¿El ataque en la sinagoga fue “civil” o religioso?
CT- Definitivamente está vinculado a esos ataques que quieren ser avivados por un fuego islamista. En la percepción y la narrativa islamista -así fue dicho en la televisión oficial palestina- todo israelí es un militar, lo cual es una brutalidad. Entonces, matar a cualquier israelí -niño, viejo, mujer, lo que fuese- es de, alguna manera, matar a militares, como si se tratase de dos ejércitos luchando por algún tema nacional. ¡Esto es terrorismo del más crudo! La elección de una sinagoga no es casual: fue hecha justamente para expresar -por parte de los elementos islamistas más radicales de esta región directa, al lado de Israel- que el problema es con el pueblo judío y no con el Estado de Israel. Esto es un tema cardinal en la compresión del conflicto: el islamismo ve a su enemigo en el pueblo judío, no en Israel, y le niega al pueblo judío todo derecho de vida nacional en cualquier lugar de la tierra histórica de Israel. No se trata de Cisjordania y Gaza, se trata del Estado de Israel reconocido internacionalmente por las Naciones Unidas.
P- ¿Qué relación tiene esto con el tema de esta ley que está en discusión en los últimos días?
CT- También tiene cierto vínculo porque hay políticos que son estrategas en este país y que piensan a largo plazo para el futuro próspero, bueno y fuerte del Estado de Israel, y otros que funcionan en forma reactiva, para tomar cierto provecho de situaciones coyunturales. Algunas voces de la derecha israelí dijeron que éste es el momento de afirmar públicamente el carácter judío del Estado de Israel, cosa que -en mi opinión- es absolutamente innecesaria. Está en su carta constitutiva, la Declaración de la Independencia de 1948, y así fue aprobado por la ONU el 29 de noviembre de 1947; es decir que la sal es salada. Es un acto innecesario, que se siente como una provocación desde cualquier tribuna que mire este conflicto con simpatía a la “causa palestina”. Nadie duda del carácter judío de Israel y que el Estado lo diga en forma más enfática no genera un mayor reconocimiento de ese tema por parte de los palestinos. Es decir, es algo reactivo, con cierto populismo, político y absolutamente innecesario. Más en este momento, cuando estamos llamados a ser responsables y a tranquilizar la región. Y una cosa más: cuando hablamos de “la región” hay que reconocer que el conflicto palestino-israelí es apenas una gota en el mar del gran conflicto del mundo islámico contra el mundo islámico. Hay que recordar que el pueblo más perseguido del mundo son los islámicos. ¿Y quiénes los persiguen? ¡Los islámicos! La segunda religión más perseguida por otras son los cristianos. ¿Y quién los persigue? El islamismo político. El pueblo judío entra en un tercer lugar, pero mucho más lejos. El conflicto con los palestinos sigue siendo nacional, que quiere ser avivado y dirigido a otra dirección por parte de los islamistas, pero puede ser resuelto en la mesa de negociaciones para tener dos Estados para dos pueblos.
P- ¿Cómo está la situación en el mundo judío con respecto a la actividad que desarrollan y a la relación entre la Diáspora y el Estado de Israel?
CT- Macabi Mundial se vincula con grandes organizaciones territoriales en todo el mundo, estamos en permanente contacto Israel-Diáspora y trabajamos en forma coordinada para fortificarnos mutuamente. Israel sigue siendo el centro de inspiración del pueblo judío, su corazón. La Diáspora es el centro de donde, por ejemplo, se nutren programas más significativos del movimiento macabeo todo. Hace décadas que estamos trabajando en una relación en dos direcciones. En este sentido, creo que el Estado de Israel llegó un poco tarde, pero está llegando. Especialmente en momentos de gran soledad como la última operación militar, cuando aun países amigos mostraron en muchos momentos sus caras más feas en cuanto a Israel, éste encontró -una vez más- que sus verdaderos socios son las comunidades judías del mundo, que mostraron su solidaridad, su cariño, su colaboración, su preocupación y que además tuvieron que cargar con la difícil misión de explicarla cuando no están preparadas para eso. De pronto, cada judío del mundo se transformó en un comentarista político-militar de la situación de Israel, y el pueblo judío en la Diáspora asumió esa responsabilidad con mucha seriedad, compromiso y amor. Eso fue visto con reconocimiento por el Estado de Israel, que quiere intensificar sus vínculos con la Diáspora, se sigue nutriendo de olim jadashim de todo el mundo y ve en el pueblo judío todo a sus verdaderos hermanos, preocupados y comprometidos como tiene que ser. Las organizaciones judías internacionales como Macabi sabemos esto desde nuestra fundación.
P- ¿Cómo ven la situación en el mundo macabeo?
CT- Podemos hablar de ejemplos concretos: la última Macabeada, hace apenas un año, tuvo el número máximo de participantes en su historia, 9.104 personas. Es decir, si hablamos de participación, visita a Israel, comunicación y organizaciones locales preparando eventos, podemos decir que sin lugar a dudas ahí está la fortaleza del movimiento, incluso capaz de crecer en los momentos en que es convocado. Con un muy fuerte trabajo de responsabilidad mutua, especialmente en Europa Central, con un programa que estamos finalizando después de tres años. También en América Latina, Estados Unidos, Sudáfrica y Australia hemos trabajado en forma conjunta para aprender y ayudarnos unos a otros, a través de la labor de extraordinarios profesionales y voluntarios que acompañan el crecimiento del movimiento. Ahora bien, no hay duda de que el mundo judío está debilitado, la asimilación sigue haciendo estragos y el componente económico pasa a tener un rol fundamental en la posibilidad de disfrutar de todas las oportunidades judías que un país puede ofrecer. Ser judío es cada vez más caro en cada comunidad del mundo, tanto en la escolaridad como en las organizaciones donde participar. Es un tema complicado: el pueblo judío tiene que encontrar una respuesta a esto para otorgar iguales oportunidades a cada uno de sus miembros.
P- ¿Qué se viene a futuro en Macabi?
CT- 2015 es un año desafiantemente hermoso para el movimiento: tenemos dos grandes eventos fuera de Israel. Los Juegos Macabeos Europeos de Berlín, en julio, van a ser el primer evento judío internacional masivo que se haga en Alemania (después de la Shoá). Hubo congresos y todo eso, pero estamos hablando de más de 15.000 judíos de más de 40 países. Es algo muy grande, y también una afirmación de vida: es volver a decir “el pueblo judío está acá, vivo, renacido, reforzado”. Israel va a estar presente con su delegación y también es la afirmación de que el pueblo judío ha encontrado una respuesta nacional a sus aspiraciones. Y en diciembre se inician los Juegos Macabeos Panamericanos, en Santiago. También es un megaevento, manejado en forma extraordinaria por Macabi Chile, y va a contar con 5.000 participantes de toda América Latina, Centroamérica, Estados Unidos y otros países invitados, como -por supuesto- una delegación de Israel.
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