Itongadol/AJN. En el mundo se celebra Pesaj (Pascua Judía) y los 1200 judíos que viven en la isla de Djerba, en Túnez, no quisieron quedar al margen de la denominada Fiesta de la Libertad, que conmemora la salida de los Hijos de Israel de la esclavitud en Egipto (siglo XIII a.E.C.), relatada en el libro bíblico del Éxodo, y su constitución como pueblo.
Un informe difundido por la organización American Jewish Joint Distribution Committee (JDC) reseña cómo se vive la Pascua en un país como Túnez con una población judía pequeña pero vital que es heredera de muchas tradiciones judías antiguas y ricas.
Yechiel Bar-Haim , director del American Jewish Joint Distribution Committee en Túnez, resumió los preparativos para cumplir con las costumbres y las tradiciones.
“Cuando se acerca Pesaj, los judíos en Djerba, una isla frente a la costa sur de Túnez, están ocupados preparando matzá hecha a mano. Estudiantes de la Yeshiva son reclutados para convertirse en los mezcladores de pasta y los asistentes a lo largo de la línea de producción para cortar matzá”, relató Bar-Haim.
La imagen muestra como los colaboradores prestan atención a la cantidad de humedad en la masa, ya que un exceso puede provocar que la masa suba y se convierta en "jametz", el pan leudado prohibido en este día de fiesta.
"Los 1.200 judíos que viven ahora en Djerba dicen ser los descendientes de los que huyeron de la destrucción del Primer Templo en Jerusalem”, comentó Bar-Haim.
Ciertas familias, sin embargo, que se establecieron en Djerba sólo hace unos pocos siglos, conservan una costumbre de sus días en España que practicaban su judaísmo en secreto. Como para protegerse aún hoy en día de los espías de la Inquisición, no permiten que nadie que no sea un familiar directo asista al seder de Pésaj.
Otros, en cambio, invitan a toda la comunidad que tienen hambre o necesita venir y participar del Seder.
"En la tarde del último día de Pésaj, los niños judíos en Djerba se reúnen para un evento que ellos llaman Taronah. Uno de los chicos se cubre completamente en un albornoz (una capa con capucha) y conduce a los otros niños de casa en casa gritando: ‘Taronah! Taronah!’”, contó el representante del Joint sobre esta procesión en que se recolectan chocolates y otros dulces.
Los niños comparten algo de la generosidad con los pobres.
"Otra costumbre familiar de Djerba que viene al final de la fiesta consiste en tomar una rama de olivo y golpeando ligeramente la parte posterior de cada miembro de la familia. El gesto va acompañado de ‘Kol chai l’ la bendición (Todo es para toda la vida)”, dijo Bar-Haim.
En la capital de Túnez, en tanto, las aulas contiguas a la guardería y jardín de infantes de la Escuela de Jabad se convierten una vez al año en una suerte de fábrica de matzá. La harina de matzá (para hornear) también se produce utilizando una máquina especial situada en el sótano de la Gran Sinagoga.
En la noche del seder, en Túnez, el texto hebreo de la Hagadá es amplificado por una traducción completa en Djudeo-árabe (una forma de árabe escrita en caracteres hebreos). La iniciativa es para aquellos más familiarizados con la tradición de cantar las oraciones traducidas de una manera particularmente encantadora.
Pero incluso en Djerba, donde el árabe es la lengua materna de todos los judíos, la generación más joven descubre el lenguaje de estos cantos de otra época, y apenas puede entender las palabras.
"Finalmente, una costumbre de Pesaj preciosa que todavía se conoce por lo menos en Túnez se lleva a cabo al final de las vacaciones. Toda la familia se reúne para esparcir hojas frescas de lechuga por toda la casa, las luces, los armarios, las sillas y todo tipo de muebles, a la vez que recita una oración pidiendo que el año que viene sea verde y floreciente”, comentó, por último, Bar-Haim.
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