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Sobrevivientes de una masacre nazi en Italia que han esperado más de una década para obtener justicia por los responsables de asesinar a sus seres queridos quedaron decepcionados e indignados luego de que una corte alemana cerrara el caso el lunes.
Un juez de la corte Stuttgart ordenó que el caso contra ocho ex soldados de la SS se cierre debido a la insuficiencia de evidencia, incluso cuando habían sido convictos en ausencia por una corte italiana por participar de los asesinatos.
Según el medio The Guardian, los ex soldados – que todavía viven – fueron sentenciados a cadena perpetua en el 2005 por una corte militar italiana por participar en el asesinato de más de 500 italianos, incluyendo más de 100 niños, el 12 de agosto de 1944, en la villa toscana de Sant’ Anna di Stazzema.
Mientras que cazaban partidarios, la SS disparó contra pueblerinos y llevó a otros a sótanos, donde luego les tiró grandas. Alemania no ha permitido la extradición de los soldados convictos, y el lunes una corte de Stuttgart dijo que ni siquiera había evidencia que apuntase a los soldados individualmente por el crimen.
“Pertenecer a una unidad Waffen-SS fue que fue desplegada en Sant’ Anna di Stazzema no puede reemplazar la necesidad de probar la culpabilidad individual”, dijeron los abogados al final de una investigación de diez años.
Una organización que representa a sobrevivientes de la masacre dijo que apelará contra la decisión en Alemania, mientras que el alcalde del pueblo, Michele Silicani, dijo que le pedirá al ministro de justicia de Italia que ayude a que Alemania reabra el caso.
Enrico Pieri, quien tenía 10 años cuando ocurrió el ataque y fue testigo de la ejecución de su familia, dijo que el veredicto era un “escándalo”.
“El cierre de esta investigación ofende la memoria de los italianos”, dijo el senador del Partido Democrático, Andrea Marcucci.
“Algunos de los convictos han dado entrevistas en las que admitieron su rol en la masacre”, dijo Marco De Paolis, un magistrado militar italiano. Él tampoco estuvo de acuerdo con la decisión de los fiscales alemanes de que la masacre no fue planeada. “Este no fue un episodio casual sino una masacre real planeada hasta el último detalle”, destacó.