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El presidente libanes, Michel Suleiman, ofreció en la noche de ayer, jueves, un programa de defensa nacional por el cual la agrupación terrorista Hezbollah podría mantener sus armas. De acuerdo al programa, la organización liderada por Hassan Nasrallah continuaría armada, aunque estaría sujeta a la decisión del ejército libanes, el cual será la única autoridad para usar y autorizar el uso de la fuerza.
También trascendió que Hezbollah no entregará las armas, contrariamente a como lo requiere la coalición, así como tampoco habrá coordinación entre el ejército libanes y la organización terrorista. Las armas de Hezbollah servirán al Líbano hasta que el ejército de ese país tome el control de todo el país. En tanto, los terroristas de esa organización solo podrán utilizar sus armas si el país se ve invadido por otro país.
Según la propuesta, el ejército libanes recibirá armas, equipos y entrenamiento, lo que permitirá mejorar la calidad del mismo y permitirá la defensa de ese país. Esto es debido a la frágil situación de ese país.
Durante las conversaciones entre representantes de diferentes partidos estuvo presente la cuestión de la presencia de asesores iraníes en el Líbano. El ex primer ministro, Fuad Siniora, se refirió al tema y dijo que como la mayoría de los ciudadanos de ese país, él también se opone a las declaraciones belicistas de Israel contra la República Islámica. “Aunque, al mismo tiempo, no podemos permitir que nuestro país se convierta en un escenario de guerra de las potencias regionales”, dijo.
El Hezbollah es uno de los partidos islámicos más importantes del Medio Oriente desde su aparición en el 1982 en el Líbano. El mismo logró mucha popularidad por su desarrollo político entre los Shiita libaneses. Durante muchos años, Hezbollah, construyó orfanatos, hospitales y escuelas, lo que le dio popularidad en el sur del Líbano y los barrios más pobres de Beirut. Hezbollah recibe financiación, entrenamiento militar y armas por parte de su patrocinador Irán.