El titular de Asuntos Internacionales del Centro Simon Wiesenthal, Shimon Samuels (foto), le escribió una muy dura carta a la ministra de Justicia noruega, Grete Faremo, después que el lunes quemaran con una moneda a un adolescente judío de Oslo que venía siendo hostigado en su escuela secundaria.
Según la misiva, “este chico ha sido objeto de intimidación y violencia antisemita en los últimos dos años, aparentemente porque su padre es israelí”, pero “a pesar de la denuncia de su madre en el noticiero nocturno de la radio NRK en 2010 no ha habido reacción alguna por parte de la escuela, la policía o las autoridades gubernamentales”, criticó.
“El niño ha dicho que debe mantenerse alejado de los chicos noruegos y musulmanes y ocultar su origen para evitar la continuación de ataques antisemitas”, agregó Samuel, quien destacó que “estos jóvenes amantes del odio escolares auguran una nueva generación de racistas al estilo Breivik para el futuro de Noruega”.
“Usted tiene la responsabilidad de proteger a todos los niños amenazados, y sobre todo a esta víctima convertida en blanco simplemente por ser judía”, exigió el titular de Asuntos Internacionales del Centro Simon Wiesenthal.
“El silencio de la escuela, la policía y su gobierno es demasiado reminiscente de otra Noruega, la que estaba gobernada por el colaboracionista nazi Quisling durante la Segunda Guerra Mundial”, subrayó Samuels, quien instó a la ministra de Justicia a una “inmediata investigación de este caso y una acción de protección y judicial, ya que el silencio continuo equivale a la complicidad”.
El sitio de Internet Med Israel for Fred tuvo acceso a una imagen tomada con un teléfono celular que muestra la quemadura en el cuello del joven de 16 años, provocada por un compañero de clase de origen nórdico con una moneda al rojo vivo, mientras el adolescente judío comía un pollo a la parrilla durante un asado escolar.
Según informes europeos, el sistema escolar Noruega ha tolerado un clima cada vez más hostil contra los alumnos judíos mientras los maestros hacen la vista gorda, e incluso en 2010, el periódico austríaco Die Presse escribió que el mismo se veía legitimado por las declaraciones fuertemente críticas de Israel de la ministra de Educación socialista, Kristin Halvorsen.
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