En el Kibutz Beit Hashitá les parece casi imposible que Iotám no regresará nunca más. Iotám, aquel que amaba ejecutar música y cantar, aquel que era un Madrij (Líder) ejemplar de los grupos de los niños, cayó ayer lunes a la mañana en el sur del Líbano y no regresará mas a su hogar.
Sus familiares Semadar y Amit Hameiri, quienes llegaron a su casa relataron a Ynet, que tras terminar el servicio militar regular, trabajó y paseó durante un año en el Oriente y en Nueva Zelanda. Cuando regresó al kibutz comenzó a trabajar como «líder» de los grupos de niños. Estudió y se graduó en Ciencias Políticas en El Instituto Terciario del Valle de Jezreel. Paralelamente continuó su labor con los niños y en el último tiempo trabajó en el Kibutz Ein Jarod. La orden de enrolarse a la reserva le llegó el viernes pasado, cuando regresó de Turquía con uno de sus compañeros.
Su primo Amit agregó: «Era una persona que se hacía querer. Hablé con él ayer después de lo que ocurrió en Kfar Guiladí, y él me aseguró que aun no había entrado en el Líbano. Le pregunté si tenía miedo, y me respondió que sí, que le temía a los misiles.
Semadar agregó con tristeza: «No se pudo despedir ni siquiera de sus familiares. Puso sus cosas en la maleta y se marchó. Era una persona tan fuerte. Por eso ni me preocupé, simplemente le tenía confianza. Me cuesta creer que él no estará mas, era el espíritu vivo de todo, conducía todas las ceremonias y actos del kibutz, era simplemente un músico prodigioso, siempre dispuesto a colaborar y a alegrar»
Musa Feld, instructor de grado en el pasado, le comunicó el viernes a la mamá Batia, que Iotám había ingresado al Líbano, pero le advirtió que no temiera ya que su hijo estaba en la mejor Unidad militar. El domingo, se apersonaron a la madre, los representantes de los oficiales de la ciudad y le comunicaron la triste y amarga noticia.
«Nosotros no sabemos quién nos cantará y alegrará ahora que Iotám se fue. Con su ida se produce un gran vacío», afirmaron familiares y allegados en la casa de la familia. Iotám se fue dejando a sus padres y a sus dos hermanos, Ofir y Rotám.
Graciela Kahan