Itongadol.- El director ejecutivo del Centro Hebreo Ioná, Fabio Fridman, mantuvo una entrevista con ItonGadol para reflexionar sobre los logros obtenidos en el último año y los desafíos para 2022.
“Se generaron nuevos proyectos y espacios participativos que están rindiendo sus frutos con una mayor interacción de la gente en nuestras actividades y con un incremento en la matrícula de la escuela que nos posiciona muy bien para el ciclo lectivo 2022”, destacó.
-¿Cómo finaliza la comunidad del Centro Hebreo Ioná este año?
-Estamos finalizando un año de mucho crecimiento a nivel institucional. Hemos tenido cambios que fueron significativos en todas las áreas de nuestra comunidad: escuela, sinagoga, juventud y adultos. Algunos estuvieron asociados a lo profesional, por ejemplo con la incorporación de un nuevo seminarista, Brian Menes. Y por otra parte, se generaron nuevos proyectos y espacios participativos que están rindiendo sus frutos con una mayor interacción de la gente en nuestras actividades y con un incremento en la matrícula de la escuela que nos posiciona muy bien para el ciclo lectivo 2022. Con la flexibilización de las actividades presenciales pudimos volver a la normalidad en lo que hace a nuestras actividades de las diferentes áreas y específicamente, potenciar mucho la cantidad de Bnei Mitzvot que se llevan a cabo en nuestra sinagoga y el regreso de nuestra gente y nuevos feligreses a nuestra comunidad que en cada Kabalat Shabat se ve colmada de gente lo que nos trae mucha felicidad.
-¿Cómo enfrentaron los desafíos de la pandemia?
-La pandemia nos planteó nuevos desafíos que como organización tuvimos la capacidad de asimilar para que la crisis se convierta en oportunidad. En su momento, Ioná se puso al hombro la posibilidad de llegar a cada una de las familias con sus ceremonias y actividades a través del streaming. La escuela incorporó las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como nunca lo había hecho hasta el momento y somos conscientes de que éstas llegaron para quedarse. Al mismo tiempo, nos hizo reflexionar acerca de la importancia del encuentro personal y presencial, el encuentro cara a cara que nos permite acompañar a nuestra gente para que se sume y se sienta parte de nuestra comunidad. Que se sientan pertenecientes a ella.
-¿Cómo la atravesaron padres, alumnos y docentes?
-No fue fácil porque somos una comunidad que construye el vínculo interpersonal y con la institución a través de las pequeñas acciones y experiencias vivenciales. La imposibilidad de que los padres pudieran ingresar a la escuela nos planteó un desafío que se resolvió creativamente a través del uso de diferentes recursos audiovisuales a través de los cuales les «abrimos a las familias las puertas de la escuela» para que puedan entrar y acompañar la vida cotidiana de sus hijos e hijas aunque sea en forma virtual. Lo mismo sucedió con nuestro Departamento de Juventud que representa una movida muy fuerte e identitaria en Ioná, con la creatividad e innovación que caracteriza a nuestros madrijim. Es decir, que hasta que pudimos retomar el contacto personal nos mantuvimos muy cerca de la gente de cada una de las actividades.
-¿Cómo observa la educación judía?
-Creo que la educación judía en la Argentina tiene grandes desafíos que consisten básicamente en brindar, más allá de la enseñanza oficial y la formación tecnológica, en inglés o artística, una educación de calidad y con coherencia, destinada cada vez a más chicos y chicas. En nuestro caso, somos una escuela que se considera a sí misma, a partir de la definición institucional, como una escuela judía y sionista. Y eso lo demostramos en acciones concretas como en el proyecto de escuelas gemelas que llevamos a cabo con la escuela Sdot Ayalon de Israel. Con ellos (docentes, directivos, padres y autoridades educativas), hace pocos días encendimos la segunda vela de la Janukiá, en el marco de lo que en el Centro Hebreo Ioná denominamos la «Januca Fest Week». Ese tipo de experiencias son las que esperamos ofrecerles a nuestros alumnos y alumnas. Experiencias en las que se conjuguen los valores que les transmitimos con el propósito firme de transmitirles que Am Israel es uno solo, pero no desde la declamación, sino desde las vivencias personales con sus pares israelíes. De eso hablamos cuando entendemos a una educación de calidad.