Itongadol/AJN.- Un grupo interpartidario de parlamentarios del Reino Unido expresó su preocupación porque el gobierno de Boris Johnson no está haciendo cumplir efectivamente la prohibición de Hezbollah del año pasado.
La carta enviada al ministro de Seguridad del Reino Unido, James Brokenshire, llegó el miércoles después de que dijo, en una respuesta parlamentaria, que el gobierno no recopiló datos sobre la cantidad de personas en el Reino Unido investigadas o acusadas de apoyar a Hezbollah.
«La exhibición de banderas y otros símbolos de organizaciones ilegales en espacios públicos por parte de ciudadanos británicos, como en marchas políticas o en redes sociales, es evidente y ofensiva para la gente común», agregaron. «El público tiene derecho a saber en qué medida las prohibiciones del gobierno de ciertas organizaciones son efectivas para prevenir la exhibición pública de símbolos agresivos y divisivos».
Pidieron a las agencias de inteligencia y al Ministerio del Interior que recopilen y revisen periódicamente las estadísticas de las personas que han exhibido la bandera de Hezbollah u otros símbolos de apoyo, y que actualicen a la Cámara de los Comunes sobre esos números.
“Sin una actualización del gobierno y el suministro de estadísticas apropiadas y otra información, ni la Cámara ni el público pueden evaluar adecuadamente si la prohibición del gobierno de marzo de 2019 sobre la totalidad de Hezbollah fue efectiva, se está implementando en un grado suficiente y si se necesitan cambios de política”, escribieron los parlamentarios.
El Reino Unido prohibió totalmente a Hezbollah el año pasado, luego de tener una prohibición parcial que permitía a su «ala política». En efecto, esto significaba que las banderas de Hezbollah se agitaban en las marchas contra Israel.
El gobierno de Israel ha pedido a los gobiernos europeos que prohíban el grupo terrorista, aunque la UE solo menciona a su «ala militar» como terroristas. Alemania prohibió al grupo en abril.
En enero, el Departamento del Tesoro de Gran Bretaña ha ampliado la calificación de «grupo terrorista» y el consecuente congelamiento de sus activos del «ala militar» de Hezbollah a la totalidad de esa organización.
«Está claro que no existe distinción» con la «rama política», y «al proscribirla en todas sus formas el Gobierno está enviando una señal clara de que sus actividades desestabilizadoras en la región son totalmente inaceptables y perjudiciales para la seguridad nacional del Reino Unido», había declarado el canciller, Jeremy Hunt.
En junio del año pasado, el diario británico The Daily Telegraph informó que en el año 2015 las autoridades locales allanaron una fábrica iraní de bombas que estaba ubicada en las afueras de Londres. La fábrica era operada por la organización libanesa Hezbollah y allí se encontraron varias «toneladas de nitrato de amonio», unos meses después de la firma del acuerdo nuclear de las potencias con Irán. Según el informe, la información sobre la planta provino de un gobierno extranjero.
Según el informe, la organización terrorista escondió miles de bolsas de hielo desechables que contenían el nitrato de amonio, un ingrediente común en las bombas caseras. La agencia de inteligencia británica MI5 y la policía descubrieron tres toneladas del material.
Además, la policía allanó cuatro propiedades en el noroeste de Londres y arrestó a un hombre de 40 años bajo sospecha de planear actividades terroristas. Finalmente fue liberado sin cargos. Debido a la gravedad del incidente, los organismos de seguridad pusieron al tanto de lo sucedido al entonces primer ministro David Cameron y la ministra de Seguridad Pública, Theresa May.
Esta actividad y los explosivos hallados fueron mantenidos en secreto durante años, incluso de los miembros del Parlamento que discutieron la decisión de decretar a Hezbollah como organización ilegal en el reino, que fue aprobada hace cuatro meses. Varias fuentes le dijeron al Telegraph que se trataba de «terrorismo bien organizado» y otra fuente afirmó que era una cantidad de material que podría causar un gran daño.
El periódico también informa que se trataba de actividad internacional de Hezbollah, que estaba preparando el terreno para futuros ataques. El Telegraph señala que unos meses antes se registró un incidente similar en Chipre, donde fue arrestado un agente de Hezbollah que había almacenado más de 65.000 paquetes de hielo en el sótano. El hombre admitió que las 8,2 toneladas de nitrato de amonio encontradas en el lugar estaban destinadas a llevar a cabo atentados terroristas.
Cabe recordar que la Justicia argentina adjudica a Hezbollah la ejecución de los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA en la década de 1990, que provocaron más de un centenar de muertos en Buenos Aires.