Itongadol/AJN.- El combinado israelí llega al Eurobasket con un equipo veterano, basado en jugadores de su Liga Nacional, con las únicas excepciones de Gal Mekel, recién fichado por el Granca y el NBA Omri Casspi.
Erez Edelstein ha apostado por un roster en el que la media de edad es de 29 años y su media de altura es de 1,98m; siendo Omri Casspi e Idan Zalmanson los hombres más altos, con 2,06 m cada uno y Yogev Ohayon el de menor estatura.
Historicamente los israelís no han conseguido volver a repetir la hazaña de 1979, en la que se proclamaron subcampeones de Europa, si bien en 1997 accedieron a las semifinales.
Sobre el papel Israel no parece contar con demasiadas opciones de conseguir un metal en un Eurobasket plagado de jugadores NBA, arrancando su participación en el Grupo B, junto a Alemania, Italia, Georgia, Lituania y Ucrania. Acceder a la siguiente ronda y llegar a octavos ya sería todo un triunfo para un equipo que dependerá en gran parte de la dirección del amarillo Gal Mekel y de la inspiración de Casspi.
El hecho de ser anfitriones de la primera fase del torneo les ofrece un plus que intentarán aprovechar para dejar un buen sabor de boca ante su afición, si bien en los últimos tiempos el basket israelí está viviendo una pequeña crisis de juego, tanto a nivel de selección como en su liga nacional, donde el mal momento del Maccabi Tel Aviv evidencia la necesidad de cambio para resurgir de sus cenizas, siendo en este sentido la medalla de plata conseguida por el combinado U-20 en el último europeo, una pequeña luz al final del túnel para un país tradicionalmente baloncestístico.
El equipo, a pesar de la nacionalización de Howell, que les ha aportado un plus de competitividad en la pintura, sigue adoleciendo de una falta de dureza en su juego interior, que podría pasarles factura ante equipos dotados de músculo en la zona; además deberían de mejorar en el aspecto mental, evitando las lagunas en su juego que en muchos partidos les hace quedarse descolgados en el marcador, obligándoles a remar contracorriente, con el consiguiente desgaste físico y mental que ello supone.
La falta de un tiro exterior de garantías es otra de las carencias que los hebreos deberán de superar en un torneo en el que cualquier rival te puede sacar los colores en un momento dado.
El jefe es … Erez Edelstein
A sus 56 años afronta desde el año pasado, el reto de presentar batalla en este Eurobasket, con un conjunto plagado de talento de la Liga Nacional, combinando su puesto de seleccionador con el de primer entrenador del Maccabi Tel Aviv, que curiosamente no aporta ningún jugador al combinado nacional.
Su conocimiento del basket nacional, tras su paso por el Hapoel Gbat, Macabi Kiryat Motzkin, Macabi Hadera, Hapoel Jerusalén, Bnei Herzliya y Maccabi Ramat Gan, antes de recalar en el Maccabi Tel Aviv, le convierten en un seleccionador ideal para confeccionar un grupo competitivo que pueda dar guerra en un campeonato que a pesar de las ausencias presenta un nivel altísimo.
Si algo garantiza Edelstein es la seriedad en su juego, con un equipo con el físico como carta de presentación para buscar la sorpresa a través de la calidad individual de su máxima estrella, un Casspi que volverá a ser el encargado de liderar a un equipo necesitado de volver a ser importante en Europa.