El trabajo de una veintena de personas desde hace casicuatro años hará posible la apertura de los Archivos Vaticanos relativos al pontificado de Pío XI (1922-1939) y, así, se librará el acceso a un enorme campo de investigación histórica.
El período abarca desde las ruinas de la Primera Guerra Mundial a las amenazas de la Segunda, la llegada al poder de Mussolini, Hitler o Stalin, la crisis de 1929, las guerras coloniales; México, España y las leyes raciales alemanas e italianas, entre otros acontecimientos.
En 2002 se comunicó que, tras la apertura del pontificado de Pío XI, se trabajará para hacer accesible, con precedencia, las fuentes documentales vaticano-alemanas relativas al pontificado de Pío XII (1939-1958), en parte publicadas por voluntad de Pablo VI en los 12 volúmenes (1965-1981) de los «Actes et documents du Saint-Siège relatifs à la Seconde Guerre Mondiale».
A esto se añade que abierto, el fondo de la «Oficina de informaciones vaticana para los prisioneros de guerra», que comprende documentos de 1939 a 1947. Además, «desde hace más de un año se abrieron los archivos de las nunciaturas de Munich y de Berlín hasta 1939».
Más de 80 kilómetros lineales de documentación ocupa el Archivo Secreto Vaticano, cuyo nombre obedece exclusivamente a que es «el archivo privado del Pontífice».
En un año los Archivos Vaticanos se abrirán hasta 1939, y «la sucesiva apertura del pontificado de Pío XII» llevará a 1958, «pero el personal es limitado y el prolongado trabajo no permite contemplar como cercana la apertura de los documentos de Pío XII, para los cuales, no tiene ningún temor de vuelcos historiográficos, absoluciones o condenas»
«Una vez abierto el pontificado de Pío XI se pasará a preparar el de Pío XII». «Preparar, inventariar, numerar y timbrar un número tan elevado de documentos para facilitarlos a una consulta implica, como todos comprenden, un trabajo de años y un número de fuerzas humanas, serias y cualificadas, considerable». «Es un trabajo minucioso, no fácil, largo» y ese es «el motivo de la espera en las aperturas de la documentación vaticana».
En cuanto al acceso al Archivo Vaticano, no existe «ningún privilegio, consideración o favoritismo» hacia ningún «estudioso, eclesiástico o laico»: «todos están sometidos a las mismas reglas».
Fte Cidipal