Abú Mazen regresó hoy a la ciudad cisjordana de Ramala tras seis días de intensas negociaciones en Gaza con todas las facciones armadas palestinas con las que ha alcanzado un alto el fuego de facto.
«Estoy harto de las promesas internacionales. Ha llegado el momento de trabajo real», en referencia a que Israel cumpla con los compromisos establecidos en la «Hoja de Ruta», el plan de paz para Oriente Medio establecido y promovido por el Cuarteto de Madrid, que integran Estados Unidos, Rusia, la UE y la ONU.
Abú Mazen dijo anoche en Gaza que el diálogo con los grupos armados no es nada novedoso, pues «durante dos años han existido conversaciones tanto en Gaza como en Cisjordania, pero el nivel de las actuales ha sido el máximo y se han reducido muchos malentendidos. Habrá un acuerdo en breve», «Tras esto -continuó-, la pelota esta en el tejado de los israelíes. Estamos trabajando en el marco de la Hoja de Ruta y, por ello, los israelíes deben cumplir su parte».
«La parte israelí -según Abú Mazen- tiene que dar cuenta de asuntos tan delicados como el de las personas expulsadas, los prisioneros y la retirada de las fuerzas de ocupación de las ciudades. Así como otros puntos de la Hoja de Ruta».
El presidente palestino dijo que espera que EEUU y la Unión Europea cumplan también con sus compromisos para establecer la Hoja de Ruta y que el mayor obstáculo del Ejército israelí sobre el terreno es su decisión de mantener el puesto de control militar de Abu Holi, en el centro de la franja de Gaza, cuando la policía palestina está preparada para mantener el orden.
En este sentido manifestó que «no estamos pidiendo nada más allá de la Hoja de Ruta. Cada uno tiene que asumir seriamente sus responsabilidades y no jugar con las palabras».
Momentos antes de entrar a una reunión con Abú Mazen, el primer ministro palestino, Ahmed Qurea (Abú Alá) expresó también su disgusto con Israel.
«Los palestinos estamos haciendo lo máximo para alcanzar el alto el fuego y abrir la vía para negociaciones serias, pero las noticias que nos llegan de Israel son muy malas», afirmó Qurea.
«Israel -precisó- debería adoptar medidas de buena voluntad en lugar de cerrar Ariel (asentamiento judío en el norte de Cisjordania) con el muro de separación y confiscar los terrenos palestinos en Jerusalén».
Querea añadió que «Israel continúa su política de colonización con los asentamientos, sigue construyendo el muro de Apartheid en Ariel y confiscando tierras en Jerusalén por medio de la Ley de Propiedad de los Ausentes».
Israel reanudó ayer, lunes, los trabajos para levantar el muro de separación en la zona de Salfit, alrededor del asentamiento judío de Ariel, uno de los tramos más polémicos porque la construcción penetra 20 kilómetros en territorio palestino en Cisjordania.
Asimismo, Abú Alá criticó la decisión del Gobierno israelí de aplicar la ley de Propiedad de Ausentes en Jerusalén, lo que afectará a los bienes de miles de palestinos que se exiliaron y abandonaron sus propiedades en 1948, cuando se fundó el Estado de Israel.
«Israel debe responder a la ley del proceso de paz y no a los deseos del proyecto israelí que conducen a la confiscación de terrenos palestinos», agregó Abú Alá.
Las autoridades palestinas esperan la llegada del asesor del Departamento norteamericano de Estado, William Burns, «para que conozca de primera mano la realidad sobre el terreno y redoble sus esfuerzos para que se cumpla el plan de paz».
Burns se entrevistará el próximo jueves en Ramala con los dirigentes palestinos, tras hacerlo mañana, miércoles, con las autoridades israelíes.
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