Itongadol/AJN.- Una conversación en Facebook en la que participó el hijo del jeque Hassan Nasrallah dio inicio al reclutamiento de voluntarios en Tulkarem y a los mensajes cifrados. El Servicio de Seguridad los interceptó y descubrió como pensaban matar a un oficial del ejército israelí y cuánto dinero recibían desde Líbano. Hezbollah trató de penetrar en la Margen Occidental.
El funcionamiento de la célula de la organización chiita libanesa Hezbollah, que fuera desmantelada por los servicios de seguridad e inteligencia de Israel, revela cómo la unidad 133 del brazo armado de la agrupación intentaba reclutar terroristas palestinos en Tulkarem.
Al principio, el hijo de Hassan Nasrallah, Jawad – oficial de alto rango de la unidad 133 – mantuvo una conversación relativamente inocente con quien más tarde sería designado jefe de la célula terrorista, Mahmoud Zaalul. El contacto se produjo en agosto pasado y el palestino pidió que le permitieran establecer contacto con Hezbollah. Esto sucedió antes del comienzo de la actual ola de terrorismo contra israelíes, que comenzó en octubre, pero el aparato de seguridad israelí ya había comenzado a detectar signos de actividad en células dormidas en la Margen Occidental, especialmente en Samaria.
Ante el el pedido de Zaalul, el hijo de Nasrallah fue cuidadoso y le respondió unos días después: “ten paciencia”. Pasaron unos días más y quien tomó contacto con Zaalul fue otro miembro de Hezbollah, Fadi Shmandar, que le envió un mail con archivos y un software especial para codificar mensajes e instrucciones sobre cómo utilizarlo.
A partir de entonces comenzó un intercambio de mensajes codificados entre Zaalul y Shmandar. El palestino solicitó fondos para financiar el atentado que planificaban. “Recibirás el dinero sólo después que logremos conocerte en profundidad”, fue la respuesta que recibió de sus socios en el Líbano.
Después de cada mensaje cifrado que recibían en el ordenador o el teléfono celular, Zaalul y sus compañeros de célula borraban todo rastro, pero los servicios de inteligencia israelíes lograron interceptarlos.
Durante semanas de precaución por parte de miembros de Hezbollah fueron transferidos 16 mensajes cifrados entre Tulkarem y el sur del Líbano. Estos mensajes incluían instrucciones para mantener comunicaciones codificadas entre las partes, para cometer atentados suicidas contra judíos, para reunir información de inteligencia sobre bases de entrenamiento del ejército israelí, el envío de planes de atentados para que fueran aprobados por Hezbollah, y la búsqueda de un residente de la Franja de Gaza para poder realizar transferencias de dinero destinado al terrorismo.
La investigación del Servicio de Seguridad de Israel reveló que en una ocasión Zaalul envió un plan para asesinar a un oficial de alto rango del ejército israelí. El mensaje incluía los datos personales y detalles de la vida del militar y su fotografía. Zaalul informó que tanto él como sus compañeros de la célula lo estaban siguiendo y que por ello pedía a Hezbollah la suma de 30.000 dólares para adquirir armas necesarias para el asesinato. Entre los mensajes, uno de los amigos de Zaalul le aconseja no pedir tanto dinero, para demostrarle a Hezbollah que él es confiable.
Unos días después llegó otro mensaje codificado de Hezbollah: “Les enviaremos 25.000 dólares”. Finalmente, las fuerzas de seguridad israelíes lograron frustrar el atentado, pero Hezbollah ya había alcanzado a transferir 5.000 dólares, con los cuales compraron armas y municiones. El dinero fue enviado a través de empresas dedicadas a la transferencia de dinero en la Margen Occidental y las armas fueron escondidas en la casa de uno de los miembros de la célula.
La célula estaba compuesta por cinco miembros, que ya habían sido acusados de arrojar piedras y botellas incendiarias contra soldados israelíes durante el último año. Dos de ellos estuvieron presos en Israel en el pasado. Según el Servicio de Seguridad Israelí, los miembros palestinos de la célula no estaban afiliados a ninguna organización y el hecho de que se animaran a tomar contacto con una organización como Hezbollah da cuenta de la tendencia a intensificar la lucha armada contra Israel en la calle palestina.
En particular, así actúan terroristas individuales – conocidos como “lobos solitarios” – que ya no confían en la Autoridad Palestina o la organización Hamás, y se contactan con quien el Comandante en Jefe del Ejército de Israel, Gadi Eizenkot, ha definido como “el principal enemigo de Israel”.