Itongadol/AJN.- En una entrevista con la Agencia Judía de Noticias, Rolando Rozenblum, presidente de la comunidad judía de Punta del Este, (CIPEMU) dialogó sobre la visita del Premio Nobel organizada por el KKL, con motivo de la importancia que el Keren Kayemet le otorga tambien a la educación. Además, explicó cómo está compuesta la comunidad local, que recibe entre 30 y 40 mil judíos cada temporada de verano.
El profesor Shechtman tiene una larga trayectoria, recibió su doctorado en ingeniería de materiales del Instituto Technion de Israel, donde se encuentra trabajando actualmente y en 2011 fue galardonado con el Premio Nobel de Química por el descubrimiento de los cuasicristales, material que puede utilizarse en la formación de acero durable para la instrumentación, aislamiento antiadherente para cables eléctricos y también para equipos de cocina.
Por otro lado, presidente de la comunidad judía de Punta del Este, Rolando Rozenblum, destacó que para la kehilá “una de las misiones no es atender sólo a los judíos locales, una de las misiones es integrar a los judíos que pasan por Punta del Este. Por eso se realizan muchas alianzas con comunidades de Montevideo”.
¿Cómo fue el evento que pudieron compartir en Punta del Este conjuntamente con el KKL?
El encuentro fue inolvidable. Fue una experiencia única para nuestra familia. Personalmente, fue un placer haber conocido al profesor Dan Shechtman, el cual nos dejó memorias que las vamos a recordar por muchos años. Él estuvo con nosotros desde un jueves hasta un domingo por la mañana y para Punta del Este es un gran recuerdo.
¿Cómo es la vida judía en Punta del Este?
Punta del Este hoy tiene una comunidad muy activa, con un porcentaje muy grande de participación de sus miembros. Nuestra comunidad se llama “Cipemu”, Comunidad Israelita de Punta del Este, Maldonado, Uruguay, y cuenta con mucha gente que en la falta de la vida judía en la rutina hace algunos años, se identificó esa carencia y la gente se movilizó. La comunidad es muy joven, tiene alrededor de 10 años en este formato. Y hoy se consolida en el modelo de una directiva muy activa. Logró tener iniciativas, donde nosotros generamos actividades para jóvenes y desde los 2 o 3 años de edad, hasta la tercera edad, 80 o 85 años. En Punta del Este nosotros tenemos un grupo de tercera edad los lunes, los martes tenemos una escuelita de tradición, los jueves tenemos cenas de caballeros, los viernes tenemos kabalat shabat. Hoy se consolidan todas las actividades para todas las franjas etarias.
¿El kabalat shabat dónde lo llevan a cabo?
Lo hacemos en nuestra comunidad, tenemos una sede que se encuentra en la calle Patagonia y ahí es donde se congrega la comunidad. Es una casa muy simple, pero tiene un carisma muy grande, porque la gente cuando viene, realmente se apasiona y quiere seguir viniendo. Tenemos muchísimos socios que son argentinos y que frecuentan nuestra comunidad. Estamos muy contentos también, porque no es una comunidad normal. Las comunidades en el mundo han disminuido el tamaño, nosotros como comunidad hemos crecido, justamente porque la gente ha identificado Punta del Este como un destino a donde poder contar con una estructura judía. Al identificarlo, la gente nos busca y se retiene a esa gente, que genera un sentido de pertenencia con Punta del Este. Luego pasa a apoyar y a estar presente en la rutina.
En el verano, ¿la gente que quiere ir a hacer un shabat aprovecha esta propuesta?
Sí. Por ejemplo, nosotros tenemos miembros de diversas comunidades, que pasan por acá, porque una de las misiones del Cipemu no es atender sólo a los judíos que estamos acá. Una de nuestras misiones es integrar a los judíos que pasan por acá. Tenemos muchas alianzas con comunidades de Montevideo. Por ejemplo, con la NCI, en el verano hacemos kabalat shabat de verano. O por ejemplo, el 9 de enero vamos a hacer un kabalat shabat en conjunto con Amijai de Argentina, y queremos llevar más de 1500 personas a la playa. Es muy heterogéneo. No es una comunidad convencional. Como pasan por acá judíos de toda la zona, de Brasil, Argentina, Chile, también de Estados Unidos, Francia, nosotros como comunidad local, tenemos que integrar a esos judíos.
¿El fenómeno es comparable con Miami, donde fue creciendo la comunidad judía de a poco?
Yo creo que es sintomático que mucha gente que venía a veranear a Punta del Este, pasa a tomar algunas decisiones de venir más, porque pueden darle un marco judío a los hijos también en Punta del Este. Y mucha gente, con casos puntuales, ya se mudó a Punta del Este y ya vive porque tiene la tranquilidad de que sus hijos van a ser judíos en las próximas generaciones.
¿La educación es formal?
La educación es formal. Tenemos morot que vienen de Yavne, de Montevideo, y los martes les damos educación formal a los niños. Se sientan en clase como si estuvieran en una escuela israelita.
¿Cuántas almas locales judías tiene hoy Punta del Este?
Tenemos dos respuestas para esa pregunta, porque en Punta del Este es muy difícil tratar el tema estadístico, ni el Gobierno sabe cuánta gente pasa por acá, porque las entradas son terrestres, aéreas y marítimas. Nosotros estimamos que entre 30 y 40 mil judíos pasan por Punta del Este durante una temporada. Si llega a suceder algo imprevisto en una familia de esos 30 mil y necesita un servicio médico, y termina en un hospital, suene el teléfono de la comunidad, para que nosotros le indiquemos quiénes son los médicos, cuál es el mejor, cómo se puede trasladar a la persona. Esa es la responsabilidad tan grande que tenemos, principalmente en los meses de verano. Y puedo dar muchos ejemplos más. Vino un señor israelí a hacer negocios en Punta del Este y el último contacto que tuvo con su familia en EEUU fue acá en Punta del Este y luego nosotros hicimos una campaña muy grande de identificación, para ver dónde estaba esa persona, y ayudamos a la familia a ver dónde estaba. Pasó por acá, pero ya se había ido.
¿Cómo nació su vínculo con la comunidad?
Yo estoy vinculado hace cuatro años, como directivo, y hace ocho años que vivo en Punta del Este, soy presidente hace dos años. Un grupo de personas lo fundó hace 11 años, que tuvieron la iniciativa de comprar una sede y ahí generar el sentido de pertenencia en una casa. Yo soy uruguayo, pero viví 33 años en Brasil. Me casé con una brasilera y tengo cuatro hijos brasileros.
¿Cómo es ser judío en Punta del Este?
Ser judío en Punta del Este es un gran placer, porque básicamente la relación que construye hoy la comunidad con la sociedad fernandina, porque nosotros llamamos fernandinos a los que viven en Maldonado, es muy intensa. Por ejemplo, en la noche en que vino Dan Shechtman a mi casa, vinieron dos ex presidentes de la República, vino el intendente de Maldonado, el jefe de Policía, el alcalde de Punta del Este, que es judío, se llama Andrés Jafif, vino el prefecto del puerto de Punta del Este. O sea, la relación con las fuerzas vivas del punto de vista político es muy intensa. Y Cipemu ha ayudado con obras de beneficencia enormes para la sociedad. Eso hace que el judío de la zona sea muy respetado por las autoridades y se genera una relación muy intensa. A nosotros nos llaman como entidad a los actos formales del Gobierno y nos sentamos junto con ellos. Además, nosotros hicimos un convenio con la cámara empresarial, un acuerdo marco. Pensamos qué podíamos hacer juntos por Maldonado y decidimos hacer un proyecto. Identificamos una carencia, de algo que es fundamental para el turista, que es la seguridad. Entonces, juntos llamamos a una empresa de Israel para hacer un diagnóstico de la ciudad de Maldonado, Punta del Este, San Carlos y Piriápolis. Luego, en el pedido electoral nosotros juntamos a todos los candidatos a intendente y les presentamos el proyecto y pedimos adhesión política a ese proyecto. Hoy el intendente está firmando un convenio entre el Estado de Israel, el Ministerio del Interior y Maldonado con el amparo de las fuerzas vivas de la ciudad, para implementar un proyecto de seguridad que va a tener 700 cámaras, 15 millones de dólares de inversión, a raíz de una iniciativa nuestra. Entonces la visión de Cipemu no es sólo ayudar como judíos, mirando hacia adentro de la comunidad, sino también participar como entidad viva de ayuda a la ciudad. Eso hace que ser judío acá sea realmente un orgullo.
¿Cómo está compuesta la comunidad?
Hay varias nacionalidades. Somos brasileros, argentinos, uruguayos, hay gente de Estados Unidos, franceses, es realmente muy heterogénea la comunidad. Incluso porque mucha gente que pasa por acá, viene y frecuenta. Nos llevamos cada sorpresa…
¿Esta iniciativa que ustedes han tenido con el KKL habla de su apertura y de recibir con los brazos abiertos diferentes propuestas?
Sí, para nosotros es fundamental la relación con las comunidades que pasan por acá. Y KKL se arrima a nosotros entendiendo que la comunidad de Punta del Este puede servir de puente para arrimar personas que pasan por acá. Hay un síntoma muy interesante ahí. Nosotros tratamos de hacer una integración. Lo hacemos frecuentemente. Por ejemplo, con la tnuat de Montevideo, los madrijim nos ayudan y vienen voluntariamente, nuestros niños tienen una interacción con ellos muy grande. Tenemos también acuerdos con la comunidad húngara, por el cementerio. Tenemos varios tipos de interacción que vamos mejorando. Con el Beit Jabad de Montevideo tenemos una excelente relación, nos apoyan y siempre están trayendo más judaísmo a la zona. Somos conservadores y cuando viene Jabad compartimos, respetando todo lo que Jabad requiere. Jabad entra a nuestra casa. Jabad lo entiende y sabe que es una forma de estar cerca del judío de Punta del Este. No es un veraneo, hay mucha gente que pasa dos o tres meses acá. Tiene que haber una estructura judía.