Itongadol.- Son horas intensas, movilizantes, de alegría y de esperanza. Es un tiempo distinto para la Argentina. La alternancia es un bien de la política que fortalece la vida democrática, porque refuerza los principios y valores de pluralismo, de la diversidad.
Nos obliga a agudizar el ejercicio del consenso, de la discusión sana y de reconocer que el adversario circunstancial no es un enemigo, y menos que menos alguien que haya que demonizar o destruir. Se abre a mi entender un tiempo de dialogo, de encuentro, de convivencia y de gestión distintos. Se inicia también una etapa en donde la independencia de los poderes será lo natural, lo obvio y lo defendible a ultranza.
Este nuevo tiempo trae a la comunidad judía nuevos escenarios. Más allá de las posiciones ideológicas ha habido una enorme diferencia de trato y consideración entre ambas propuestas políticas que ayer resolvieron el ballotage.
El nuevo gobierno tiene en su haber innumerables gestos positivos hacia la comunidad, como es el rechazo permanente al memorándum con Irán del cual se pedirá la derogación automáticamente de asumir, el deseo del trabajo mancomunado con Israel y tomar de sus mejores experiencias, los innumerables convenios que se firmaron con distintas instituciones, la concreción de la
Plaza de la Shoa, y aunque parezca una simple miscelánea, el partido de futbol de ayer del equipo de Macri con la selección de
FACCMA, son ejemplos contundentes del reconocimiento, respeto y necesidad que en este espacio político se tiene por la comunidad judía, al igual que con el resto de las colectividades que conforman el mosaico de identidades de la Argentina.
Son 13 años de una construcción política hecha a conciencia sumando voluntades, pensando en la posibilidad real de que una nueva forma de hacer política era posible, y que el sueño de gobernar un día la Argentina no era una ilusión, bajo el liderazgo de alguien profundamente republicano, democrático, al cual muchos de la comunidad judía a título personal nos adherimos. Es un nuevo tiempo que sin lugar a dudas nos beneficiara a todos, en el cual todos seremos protagonistas del cambio.
Claudio Avruj es el el subsecretario de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.