Itongadol.- Itamar Rabinovich, quien fue Embajador del Estado de Israel en los Estados Unidos (1993-1996) y Jefe de las negociaciones de Paz con Siria en el mismo período, estuvo en Buenos Aires por muy pocas horas, y durante su estadía dio una conferencia en el Consejo Argentino de Relaciones Internacionales – CARI. El Prof. Rabinovich también desarrolló una destacada carrera docente en la Universidad de Tel Aviv, a la cual ingresó como profesor de historia contemporánea, hasta llegar a ser el Rector de la Facultad de Humanidades, para luego ocupar la presidencia de esta importante universidad israelí (1999-2007), donde actualmente es Profesor Emérito de Historia de Oriente Medio. Si bien su exposición en el CARI se llevó a cabo la noche anterior a los múltiples y sangrientos atentados de París, la misma sirve para comprender lo ocurrido.
481
Por qué la pasa mal el mundo árabe
Comenzó hablando sobre la situación en Medio Oriente, el mundo árabe y la política estadounidense. Afirmó que el mundo árabe no está pasando un momento feliz desde hace mucho tiempo, y que su mejor momento fue en la Edad Media, en el siglo séptimo “cuando Mahoma crea la nueva religión y sus tropas nómades salen de la península arábiga y conquistan el mundo civilizado, establece una religión mundial y un imperio árabe que llegaba desde Irán hasta España, y sólo en 972 se pudo frenar a los árabes en el territorio de Francia. Poco tiempo después perdieron su imperio que fue tomado por los persas, los turcos, los mongoles y otros que no eran árabes, y los árabes sintieron que habían quedado desposeídos. No sólo tenían en esos años imperiales un rol político y militar, sino que también los árabes desempeñaron un papel muy importante para el desarrollo cultural de la civilización. Es por ello que sintieron que les habían quitado su poder empeorando la situación cuando occidente adquiere hegemonía en el resto del mundo y las potencias occidentales comienzan a ocupar el Oriente Medio y la hegemonía cultural. A partir del siglo XVIII a los árabes y a otros musulmanes les costó conciliar su identidad, su autenticidad con el tener que tomar prestado muchos elementos de la cultura occidental”.
El mundo árabe durante la Guerra Fría
“Muchos árabes sienten que si adoptan el estilo de vida occidental, o la ciencia y la cultura occidental, pierden su propia identidad y la autenticidad. La reacción es volver al fundamentalismo religioso. Esta es la explicación principal por la cual los movimientos fundamentalistas islámicos son tan importantes en Arabia y una parte del mundo árabe. No en todo el mundo musulmán, si pensamos en Indonesia y Malasia, que son países musulmanes, que pudieron dominar la ciencia y la cultura occidental y no perdieron su identidad. Pero en Oriente Medio, el área central del mundo árabe y musulmán, esto no se logró. Hasta la Segunda Guerra Mundial gran parte del mundo árabe estaba bajo dominio francés e inglés, pero luego vino la descolonización. Los británicos y los franceses fueron expulsados, pero fueron reemplazados por los estadounidenses y los rusos. Oriente Medio se convirtió en un terreno muy importante de competencia durante la Guerra Fría entre estadounidenses y soviéticos, y esto duró desde fines de los años ‘40 hasta los años ’90 cuando la Unión Soviética perdió la Guerra Fría y Estados Unidos se convirtió en la única superpotencia”.
La contención de Estados Unidos
Muchos intentaron aprovechar la situación, como Saddam Husein que tomó el poder en Irak e invadió Kuwait y amenazó a Arabia Saudita; esto obligó a Estados Unidos a armar una coalición para vencerlo en lo que se llamó la Primera Guerra del Golfo, demostrando que la única superpotencia que podía actuar y ayudar con eficiencia a sus aliados, en este caso a Kuwait y a Arabia Saudita. “Eso le dio a Estados Unidos una posición de influencia adicional y decidió utilizarla, entre otras cosas, para tratar de poner fin al conflicto árabe israelí. Esto fue en la Conferencia de Madrid, convocada por el presidente Bush en octubre de 1991. En ese momento Estados Unidos confiaba en sus aliados locales, Egipto estaba gobernado por Mubarak, la casa real saudí estaba bajo control, y había problemas pero en términos generales la posición de Estados Unidos era segura. En 1991 Estados Unidos decidió no invadir Bagdad, se dejó a Saddam Hussein, que era como un león herido y le preocupaba que volviera armar a su ejército, pero lo que más le preocupaba a Estados Unidos era Irán” país muy poderoso y desarrollado, con una gran cultura y una elite académica y científica, con el que tenía relaciones hostiles. La ideología de Irán es exportar su revolución, por lo que “se convirtió en una potencia peligrosa en Oriente Medio” por lo que la política que comenzó Bush y siguió Clinton era de contención dual, es decir contener a Irán e Irak, tratar de poner fin al conflicto árabe israelí para estabilizar la zona central de Medio Oriente.
El error de intentar importar y exportar la democracia.
Rabinovich sostuvo que esto fracasó a partir del año 2000 cuando Clinton no pudo lograr un acuerdo entre Arafat y los israelíes, y comenzó la Segunda Intifada y tampoco consiguió un acuerdo de paz entre Israel y Siria. “Ese fue el fin del proceso de paz de los años ’90, y el comienzo de un mal período en el Oriente Medio y de las relaciones entre Estados Unidos y el mundo árabe. Cuando George W. Bush asumió la presidencia, en el 2001, recibía mucha influencia de los neo conservadores quienes pensaban que Estados Unidos no sólo debía ayudar en el proceso de paz, sino también lograr que hubiera democracia en Medio Oriente. Esta fue una mala idea. La democracia no es algo que se pueda importar o exportar. La democracia tiene que crecer, tener una elección no garantiza que exista democracia, como sabemos en nuestro país, en el de ustedes y otros países. Para que crezca una democracia tenemos que tener una clase media fuerte, una sociedad civil, asociaciones profesionales que no dependan del gobierno, respeto de los Derechos Humanos, de los Derechos Individuales, todo este tejido crea la base para la democracia. Querer imponer la democracia obligando a la gente a votar, monitoreando la elección y asegurándose que sea una elección libre, no es suficiente. En la mayoría de los casos eso sucede en el mundo árabe y cuando tienen elecciones libres terminan eligiendo agrupaciones islamistas extremistas y una vez que elegidos, éstos no renunciarán fácilmente a ese poder. Eso sucedió en Egipto después del presidente Mubarak; los manifestantes liberales que querían llevar la democracia a Egipto fueron reemplazados por el presidente Morsi que inmediatamente comenzó a trabajar contra la democracia, y esto terminó debido a los militares que intervinieron y ahora Egipto esta nuevamente bajo un régimen militar. Finalmente la idea de exportar la democracia no fue una idea ni muy sólida ni muy lógica.
La segunda idea de Bush era que debían ocuparse de Saddam, invadiendo Irak y derrocando su régimen. La guerra en sí, en 2003, fue rápida y exitosa. Tanto que el presidente Bush afirmó ‘misión cumplida’, pero la misión no se había cumplido porque Irak había sido destruido por la guerra. No podemos entender las cosas que suceden hoy en día en Irak, incluso la organización creciente del Estado Islámico, si uno no recuerda lo que pasó en 2003. La idea estadounidense de ocuparse del mundo árabe, de importar o exportar democracia invadiendo los países, derrocando sus regímenes y destruyendo toda la estructura de ese régimen, es el segundo error estadounidense. Esto no sólo eliminó a Saddam Hussein y al pequeño grupo que lo rodeaba, sino que mandó a todos a casa: a los militares, la policía, los servicios de seguridad, a cantidades de personas sin esperanza y con armas. Ésas son las personas que hoy encontramos en el Estado Islámico”.
Obama, su política en Medio Oriente y la reacción
“Obama también tuvo el objetivo de llevar la democracia a Medio Oriente y una de las primeras cosas que hizo fue ir a El Cairo y dar un discurso en el que predicó varios cambios que parecían estar sucediendo. A fines del 2010 tuvo lugar la llamada ‘primavera árabe’: luego de un levantamiento contra el dictador en Túnez, algo similar ocurrió en Indonesia, en Egipto, Yemen, Bahréin, Libia y Siria. Durante algunos meses, en 2011, se creyó que tal vez habría una primavera árabe, que después de tantos siglos de infelicidad, tal vez los árabes encontrarían un modo de vivir en paz con el mundo moderno y que en el mundo árabe habría democracia, estabilidad, y todo aquello que nosotros decimos que deberían tener. Pero eso no funcionó así por dos razones principales: una es que cuando se les da libertad, la libertad la toman los islamistas y los islamistas tienen una gran ventaja para organizarse: las mezquitas. Sabemos que en política una de las cosas más importantes que tiene que hacer un partido político o un líder es crear una organización para movilizar al público y poder gobernar. Los islamistas no necesitan armar una organización porque pueden trabajar a través de las miles de mezquitas que hay en todo Egipto. La segunda razón es que los autócratas y dictadores reaccionaron, y esto sucedió más radicalmente en Siria, donde Bashar al-Asad sucedió a su padre, y cuando se encontró con la primera señal de oposición, en lugar de hacer gestos y tratar de hablar con la oposición, la aplastó brutalmente y el resultado fue más oposición. Lo que ocurrió en 2011 fue que Siria se convirtió en la España de Oriente Medio, lo que le pasó a España entre 1936 y 1939, le pasó a Siria a partir del 2011, se convirtió en el campo de batalla para los competidores regionales e internacionales. Irán por un lado y Arabia Saudita por el otro.
Siria: por qué Irán y Arabia Saudita
Irán tiene grandes inversiones en El Libano, a través del grupo Hezbollah, que es un fenómeno muy extraño. Es una organización que, al mismo tiempo, es un movimiento político, un movimiento de guerrillas, una organización terrorista y un brazo del régimen; esas cuatro entidades coexisten en el mismo movimiento y tiene más poder que el gobierno, más fuerza que el ejército. Siria fue la puerta para que Irán pudiera ingresar a El Líbano, y por supuesto cuando estalló la guerra civil y estaba en peligro el régimen, Irán salió a rescatarlo en términos militares y se involucraron junto con Hezbollah. Por otro lado, Arabia Saudita apoya a la mayoría sunita de Siria. Desde el punto de vista saudí, la minoría que tiene el control en Siria, a la que pertenece la familia de Asad, no son verdaderos musulmanes, son sectarios, y los saudíes, al igual que otros países árabes, están dispuestos a invertir mucho dinero y esfuerzo para apoyar a la oposición, lo mismo se puede decir de Turquía, Jordania y de Qatar. Todo este proceso tuvo lugar en Siria y el resultado fue devastador: un cuarto de millón de personas han muerto, diez millones de una población de 22 millones de personas son refugiados, seis millones en su propio país y cuatro millones fuera de su país. Para Líbano y Jordania, países pequeños, recibir tal cantidad de refugiados es un verdadero desafío, por lo tanto desestabiliza la región. Los refugiados sirios también se dirigen a Europa buscando países que puedan absorberlos. Siria es un punto focal de la política de Medio Oriente porque marca el fin de la ‘primavera árabe’, ahí fue cuando comenzó el ‘invierno árabe’. Esta es un área donde la política estadounidense está chocando con la rusa.
Siria: las posturas de Estados Unidos y de Rusia
Al referirse a la política de Estados Unidos Rabinovich manifestó que “No está interesado en involucrarse mucho en Siria por dos razones: una es que en la visión general de los Estados Unidos, la sensación es que el Medio Oriente es menos importante de lo que era hace 15 ó 20 años, en gran medida debido a la caída de la importancia del petróleo como fuente de energía. Todos sabemos ahora que el precio del barril bajó, que hay abundancia de fuentes alternativas: nuevos países con petróleo, con gas y por supuesto hay una caída en la demanda como consecuencia de la contracción de la economía ocurrida en los últimos años y como resultado, el petróleo de Medio Oriente se ha vuelto menos importante, y además, Estados Unidos se autoabastece. Por otro lado, EE.UU. tiene la sensación de que el punto de gravedad ha cambiado, que ahora está en el Pacífico, en el crecimiento de China y la India; China es más agresiva en términos militares, está construyendo islas artificiales tratando de expandir su influencia naval, probablemente confrontando con Filipinas, Japón, Taiwán. Todos ocupan mucha atención y recursos de los Estados Unidos en detrimento del Medio Oriente. Obama fue elegido en reacción a George W. Bush, incluso le dieron un Premio Nobel de la Paz por anticipado, por no ser Bush, y lo aceptó. Una de sus conclusiones respecto de las invasiones en Afganistán e Irak fue que EE.UU. estaba dispuesto a hacer algo desde el aire pero no a mandar soldados estadounidenses a luchar por tierra en ningún otro país de Medio Oriente, que fue un consejo que le dio Collin Powell al nuevo presidente. El presidente Obama anunció que si Asad utilizaba armas químicas contra su población, esa sería la línea roja que cambiaría las reglas del juego. Pero un año después, Asad usó esas armas químicas contra su población, mató a 1.500 civiles en un día y el presidente Obama decidió que igualmente no iba a hacer nada. Ese fue un mensaje muy claro no sólo a Siria sino al resto de Medio Oriente de que no se puede confiar en que Estados Unidos va a intervenir en defensa de esos países por ser clientes o amigos, lo cual terminó creando un vacío. Ese vacío le permitió ingresar a escena al Presidente Puttin de Rusia. ¿Por qué? Por dos razones principales. Una que lo que está sucediendo en Medio Oriente, sobre todo el Estado Islámico, va a tener repercusiones en Rusia, que tiene una minoría musulmana grande que va a ser cada vez más significativa porque los musulmanes crecen en forma exponencial mientras los rusos tienden a tener familias más pequeñas. Rusia ya tuvo problemas en Chechenia y otros lugares, y la sola idea de que Estado Islámico pueda llegar a Rusia, es absolutamente inaceptable para el liderazgo ruso. En segundo lugar, Putin está intentando restaurar la gloria rusa, a través de la cual, llegó a la conclusión equivocada: que con una pequeña inversión podría hacer una gran diferencia en Siria; luego descubrió que había sido un criterio erróneo, hubo una inmediata reacción de Estado Islámico cuando le hicieron estallar el avión de pasajeros en el Sinaí. Desde 2006 ya se sabe que es imposible ganar una guerra contra gente atrincherada simplemente bombardeando desde el aire y por eso mandó tropas a Siria”.
Itamar Rabinovich considera que la decisión de Obama de mandar algunas tropas y fuerzas especiales para ayudar a la oposición secular y moderada es consecuencia del involucramiento ruso y del plan que presentó Putin en Ginebra para solucionar el conflicto que deja a Al Asad en el poder. Opina que tal vez esta decisión sea demasiado poco porque no se está viendo el final de la guerra civil como algo que va a suceder pronto”.
Al referirse a lo que ocurre en Europa, el Prof. Rabinovich afirmó que el Viejo Continente está descubriendo lo que significa el terrorismo del Estado Islámico, con miles de voluntarios en Europa, musulmanes europeos segunda o tercera generación de inmigrantes que no se integraron en la sociedad. Tanto Argentina como nosotros en Israel, somos países basados en la inmigración que permiten una cultura en la diversidad , a la que se le da un lugar en nuestras sociedades, pero esto no es así ni en Estados Unidos ni en Europa, donde los inmigrantes se sienten alienados y como consecuencia, el mensaje de estas organizaciones les resulta muy atractivo. Una vez que los reclutan van a Siria donde pasan un año o dos luchando y después vuelven a Francia, Alemania, Holanda, Bélgica como terroristas y esto es aterrador para estos países. Medio Oriente está cerca de Europa, afecta a Europa y a América del Norte. América del Sur también ha sido víctima de algunos ataques terroristas, incluso en esta misma ciudad”.
Conclusión
La conclusión que brindó Itamar Rabinovich a su exposición fue la siguiente “La crisis del mundo árabe no va a terminar muy pronto. Estados Unidos va a tener que tener un papel más activo; mi propio país, por supuesto, está en el medio de todo esto, tiene relaciones pacíficas con algunos países árabes, estamos en el medio del conflicto con Palestina, y creo que estamos destinados a vivir con esta situación de inestabilidad en Medio Oriente por algún tiempo”.
Luego de su exposición, se abrió un espacio para preguntas a las que el Prof. Itamar Rabinovich respondió con la misma solidez académica.