Los palestinos tienen la palabra ahora.
Hoy Israel trabaja en la formación de un gobierno de unidad, entre el liderazgo del Likud y el Partido Laborista. La meta es avanzar en el Proceso de Paz y llevar adelante el plan de desconexión de la Franja de Gaza, creando el clima propicio para disminuir tensiones. Si los palestinos nos acompañan, con el cese de la violencia – costumbre practicada intensa y cruelmente desde hace mas de cuatro años- se logrará conformar una plataforma firme desde la cual será posible relanzar un nuevo Medio Oriente.
Israel no considera que, las declaraciones, sean sólo un cúmulo de expresiones. Cada palabra debe acompañarse de una realidad: vivir en paz y tranquilidad es una situación a la que aspiran todos los pueblos del mundo. También Israel.
Entre nuestros anhelos, promovemos la erradicación total de la figura del suicida, cuya única misión es arrancarle la vida a mujeres, ancianos y niños. No admitamos confusión. No son mártires sino asesinos y, como tales, deben ser vistos en el seno de la sociedad palestina. No hay posibilidad, en el contexto de un mundo civilizado, que sigan rigiéndose por el odio, la incitación y el culto a la muerte. Los comunes denominadores deberán ser la convivencia pacifica y una educación, sistemática, en los principios de la paz y la consagración de la vida. Se necesita modificar, drásticamente, valores. Sabemos que este proceso no es fácil. Pero si muy necesario.
En vísperas del Nuevo Año, aprovechemos la posibilidad de hacer un balance que permita, con los corazones abiertos, apostar a la esperanza. Estamos ante una oportunidad histórica. Es posible modificar el destino de Medio Oriente contando con el nuevo liderazgo que surgirá de las elecciones convocadas por la Autoridad Palestina, para el próximo 9 de enero.
Aunemos fuerzas y capacidades para lograr el máximo entendimiento. La paz es la meta. Y su logro, la victoria de la humanidad.