Itongadol/AJN (Por Lic. Claudio Gustavo Goldman, desde Tribunales).- El ex comisario Juan José Ribelli, uno de los cuatro policías bonaerenses que fueron acusados y luego sobreseídos como autores materiales del atentado a la AMIA, lleva hoy, jueves, más de tres horas declarando como el primer testigo del juicio oral y público por encubrimiento de autores o cómplices de ese ataque, durante las cuales apunta especialmente contra el destituido juez Juan José Galeano, los entonces fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, varios integrantes de la desaparecida Comisión de Seguimiento de la Investigación de los Atentados y la dirigencia comunitaria que encabezaba Rubén Beraja como responsables de los 8 años y 3 meses que estuvo detenido.
El hoy abogado criticó la investigación, que calificó como “un armado”, y relató circunstancias que vivió en prisión o que le contaron sobre presiones o propuestas ilegales a otros imputados para que lo vincularan al luctuoso hecho, incluso una que recibió él mismo para deslindar su eventual responsabilidad.
Al respecto contó que, en julio y agosto de 1997, un probable agente de inteligencia que se identificó como “Julio” lo visitó en la cárcel de Caseros para ofrecerle declarar que le había entregado la camioneta-bomba Trafic a otra persona, que presume sería algún fundamentalista musulmán, sin saber para qué la usaría y a cambio recaratularían la causa en su contra como encubrimiento, lo dejarían en libertad y le pagarían “un palo verde” (un millón de dólares) por el tiempo que pasó preso, pero lo rechazó y entonces le advirtió que le arruinarían la vida y la de su familia.
Por ello, Ribelli escribió una nota en la que denunció el episodio y se la dio a su esposa para que la protocolizara ante un escribano, en la cual aclaraba que no lo haría público por el momento dado que corrían riesgo.
Ofreció incorporarla a la causa, pero algunas defensas se negaron y el Tribunal Oral Federal N° 2 por extemporáneo, pero luego otros acusadores pidieron agregarla y los jueces deberán determinar al respecto.
Según el hoy querellante, todos sabían que era inocente, pero manipulaban indicios o pruebas para perjudicarlo.
En esa línea mencionó varias veces a la AMIA y la DAIA, puntualmente a Beraja, el ex abogado de la primera Luis Dobniewsky y el fallecido secretario general y luego titular de la segunda Rogelio Cichowolski.
Si bien negó ser antisemita, Ribelli tuvo algunos comentarios muy sugestivos, como cuando subrayó que su compadre Juan Ionno tenía una joyería en Lanús “y por eso la mayoría de sus clientes eran judíos”.
Otro de los señalados fue el flamante intendente electo de Escobar, Ariel Sujarchuk, quien le habría reconocido que fue el operador de prensa que logró que tras la difusión del video que mostraba una negociación entre el juez y Carlos Telleldín, último poseedor conocido de la camioneta, los medios hablaran de una extorsión del ex comisario a Galeano y no del contenido de esa cinta.
Tras las preguntas de los acusadores se pasó a un cuarto intermedio de casi una hora y media para que las defensas hagan lo propio.