Itongadol/AJN.- En un ambiente de gran camaradería se llevó a cabo la “Quinta Cena Anual 5775-2015” de las Escuelas Oholey Jinuj – Jabad Lubavitch, en el Salón Libertador del Hotel Sheraton de Buenos Aires. “La escuela Oholey Jinuj tiene la característica de despertar y trabajar en el alumno lo que es su alma”, expresó el Rabino Tzví Grunblatt durante el evento.
Durante su transcurso, el director general de Jabad Lubavitch Argentina, el Rabino Tzví Grunblatt, expresó: “Podemos decir un lejaim, empezar con bendiciones, desear a todos los presentes salud, satisfacción de hijos y nietos, buen sustento para finalizar este 5775; y de la mejor manera, la más íntegra, feliz y alegre, recibir el 5776, Le Shaná Tova Metuka (año bueno y dulce), año del Mesías ya para todos. Hoy a la noche estamos celebrando lo que tiene que ver con la labor de Jabad, pues gracias a la labor de Jabad es que miles y miles de judíos, en Argentina y en el mundo, saben lo que es una braja (bendición), saben agradecer a D’s y estar felices de poder agradecer a D’s”.
“Ayer tuvimos el privilegio de recibir en la escuela Wolfsohn al presidente de la Academia de la Lengua Hebrea de Israel, Moshe Bar-Asher. Y quiero mencionar dos cosas que escuche ayer, que son muy importantes. Es una persona religiosa y explicó que el idioma hebreo no es el moderno, sino el que inicia el idioma, desde la Torá y continúa con la Mishna, la Guemará, los Guonim, los Rishonim, los Hajaronim, hasta el día de hoy. El presidente de la Academima habló de un Grande del Pueblo Judío cuando se encontraba con el maestro que le enseñó en el Jeder (lo que sería la escuela primaria), le daba un honor extraordinario; también cuando se encontraba con su Rosh Yeshiva (lo que sería su maestro del secundario y terciario) también lo honraba mucho pero no en la medida como lo hacía con su maestro de la escuela primaria y cuando le preguntamos por qué, contestó que lo que le enseñó el maestro del Jeder fueron las bases de lo que es un judío, la esencia de lo que es un judío y eso no cambia, es lo que se tiene para toda la vida. Después los análisis académicos intelectuales de laYeshiva se pueden discutir, pero lo que está claro es que lo que se recibe en el Jeder, en la escuela primaria es la esencia, la base para toda la vida”, resaltó.
“Lo otro que contó (Bar-Asher) es que a los 12 años se fue de Marruecos a Israel, sin sus padres, y cuando llegó Aliat Hanoar (inmigración juvenil) lo puso en una institución no religiosa, a la fuerza, en los primeros años del Estado de Israel, donde la comida era kasher, pero fuera de eso no había nada, y transcurrido un mes se puso a llorar, y justo pasó por ahí un señor, a quien conozco de nombre, Alexander Bin Nun, y le preguntó por qué lloraba. Él contó que venía de Marruecos de una casa judía y estaba en un lugar sin un matiz judío. Alexander Bin Nun le dijo que en una semana lo esperara en el mismo lugar. Ese hombre a la semana lo fue a buscar con una carta del director general de Aliat Hanoar que ordenaba a que a ese chico lo autoricen a pasar a una escuela religiosa, lo que era algo extraordinario, la escuela de Bin Nun. Lo importante es que Alexander Bin Nun era un jasid de Jabad, un madrij de Jabad que vio a un chico llorando en un lugar y le pregunto el por qué, y movió cielo y tierra y el chico pasó a donde quería ir. Ese chico es el que llegó a ser el presidente de la Academia de la Lengua Hebrea en Israel. ¿Por qué cuento estas dos historias?, porque esto es Oholey Jinuj. Estas dos historias sintetizan lo que es esta escuela, Oholey Jinuj. Hay muchas escuelas, buenas y valederas, donde enseñan judaísmo y enseñan Torá, pero Oholey Jinuj es la escuela que tiene estas dos cualidades y características: darle al chico una fortaleza para toda la vida que lo sostendrá contra viento y marea, y conjuntamente con eso, tener esa sensibilidad de que si ve a otro llorando, se acerca a preguntar qué pasa y no se queda ahí. Mueve cielo y tierra aunque alguien haya dicho que es imposible, se rescata a ese chico, y no solamente que se lo ayuda, sino que de ese chico sale el presidente de la Lengua Hebrea de Israel”, agregó
“La escuela Oholey Jinuj, como muchas escuelas que enseñan el camino de la Torá, tiene la particularidad que va en el camino de Jabad, tiene primero la característica de despertar y trabajar en el alumno lo que es su alma, poder cultivar la fe del chico, cultivar y sacar a relucir la pureza del chico, pues esa alma se encuentra dentro de cada uno sin excepción, pero hay que sacarla a relucir, trabajando y cultivándolo, y hay que hacerlo en la edad más temprana; porque las cosas más sólidas del interior de la persona son las que se desarrollan en la edad más temprana. En Oholey Jinuj, con las enseñanzas de jasidut y del Rebe, más allá – por supuesto – de las enseñanzas de la Torá y las mitzvot (mandamientos) de la vida diaria, despiertan la fortaleza interior de la emuna (fe) en Hashem (en D´s), de la nechama (alma) del judío, que es el patrimonio más importante de un ser humano.”
El Rabino Grunblatt también manifestó que están creciendo en forma constante en lo que tiene que ver con el judaísmo, y que quienes se educaron en Oholey Jinuj son las personas que ocupan lugares de responsabilidad en diversas instituciones judías: “Por eso la fiesta de hoy es celebrar que hay una escuela como Oholey Jinuj, y hay que apoyarla porque cuando tenemos un núcleo sólido, todo lo que hay a su alrededor va a encontrar su contención y su espacio”.
La especialista en Comunicación Educativa, corporativa y personal, se dirigió a los presentes explicando que existen tres tipologías de personas: las visuales, es decir, que piensan en imágenes y son concretas y directas; auditivas, que piensan cada cosa que escuchan y necesitan el silencio, que son muy ordenados; y las quinésicas, que necesitan el contacto, que primero sienten y luego piensan. Y que así son los hijos de cada familia y que los padres deben aprender adaptar su propia tipología con la de sus hijos.
Por su parte, Roberto Rosler, doctor en medicina especialista en Neurociencias aplicadas a la Educación, se refirió a la manera en que los adelantos tecnológicos actuales influyen en el desarrollo neurológico de los niños y jóvenes, y cómo deben ser utilizados positivamente por los educadores y los padres.
Durante la cena, que se inició con la canción de un coro de niños de las escuelas Oholey Jnuj, también saludó a los presentes el director general de las escuelas, Pinjas Chein.
La cena fue amenizada por el humorista Roberto Modavsky y conducida por Gabriel Pines, director de Desarrollo Institucional y Administrativo de las Escuelas Oholey Jinuj, a quien el rabino Grunblat agradeció por todo su trabajo en la organización de este evento y bendijo, al igual que a todo el personal de la institución por la tarea que llevan a cabo.
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