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Itongadol.- Quienes pensaban que las cerezas crecían solamente en las frías montañas de los Altos del Golán, se sorprenderán sin duda al escuchar que también en el Néguev los agricultores cultivan cerezas. En el bosque de Yatir tuvo lugar el primer festival de la cereza, organizado en cooperación con el Departamento de la Comunidad y el Bosque de la Región del Sur del KKL. Este festival atrajo a miles de personas, quienes vinieron a festejar en la naturaleza, participar en paseos, disfrutar de actividades especiales para niños y recolectar estos frutos sabrosos y dulces.
"Es un lugar encantador y una experiencia fantástica para los niños y sus padres", dijo Shahar Sharik, quien vino al festival desde Beer Sheva junto a su marido y su hija Arielle de un año y medio de edad.
Nahshon Afik, guía del Keren Kayemet y uno de los organizadores del festival en el marco del Departamento de Turismo de Yatir, nos dijo: "La idea del festival nació a partir del amor por el bosque de Yatir. Queríamos atraer a gente para que viniera a conocer este maravilloso bosque. Llegaron miles de visitantes, mucho más de lo que esperábamos. Si es posible plantar un bosque al borde del desierto y cultivar allí cerezos, ¿por qué no organizar un magnífico festival para celebrarlo?".
El bosque de Yatir está situado en las laderas del Monte Hebrón, al noreste de Beer Sheva. Es el bosque más grande plantado en el Medio Oriente. El KKL comenzó su plantación ya en los años 60\’ y hoy se extiende a lo largo de 3.000 hectáreas. Cuenta con más de 4 millones de árboles de distintas especies, entre otros, coníferas, árboles de hoja ancha, viñedos para la producción de vino y además huertos de cerezos.
El bosque ofrece sitios arqueológicos, entre otros, los vestigios de una antigua vía romana y restos de una ciudad de los levitas llamada Yatir, de la que toma su nombre.
El bosque de Yatir tiene además un Centro de Investigación de Silvicultura especializado en la desertificación y el calentamiento global. Este bosque de clima semi-árido constituye una prueba del hecho que el hombre puede triunfar en su lucha contra la desertificación. El Keren Kayemet Leisrael desarrolló en el bosque una variedad de sitios: sendas de paseos, sitios arqueológicos, espacios de picnic. Los distintos proyectos fueron establecidos gracias a la ayuda de los amigos del KKL en todo el mundo, de Bélgica, Francia, Suiza, Alemania, Italia, la República Checa, América Latina y otros países.
El día del festival, distintos estands estaban distribuidos en el bosque ofreciendo, entre otros, actividades para niños: manualidades a partir de materiales de la naturaleza, la preparación de mermelada de cerezas, la creación de colgantes en forma de cereza, la preparación de pan de "pita", montar a caballo y muchas otras actividades recreativas.
El Keren Kayemet estuvo a cargo de un estand para la creación de estatuitas con piñas que atrajo a muchos niños, entre otros, a Yuval Alush, de7 años del kibutz Dvir. Mientras estaba muy ocupado esculpiendo hongos de bellotas, interrumpió por un instante su labor para contarnos sobre su experiencia: "Es un verdadero placer salir al bosque y hacer toda serie de cosas especiales. Preparé pan de "pitot", probé la mermelada y ahora estoy creando objetos con piñas y bellotas. Dentro de un rato vamos a ir a recolectar cerezas".
Y, en efecto, la principal atracción del evento fue la recolección de cerezas. Los participantes recolectaron con gran placer los frutos del árbol directo a su boca. No hay fruta más deliciosa que la que has cosechado tú mismo, pero la verdad es que las cerezas del bosque de Yatir son dulces y sabrosas desde todo punto de vista, incluso en comparación con las que se compran en el supermercado.
Ana Schuvin, de 20 años, llegó de Arad para participar de la recolección de cerezas junto a su madre. "Vinimos a ver los hermosos paisajes del bosque, a disfrutar de la naturaleza y, por supuesto, de las cerezas. Me sorprende y agrada en gran manera saber que es posible cultivar cerezos en el Néguev.
Ante el éxito de este evento los organizadores tienen la intención de transformar el "festival de la cereza en el bosque de Yatir" en una tradición que atraiga todos los años a numerosos visitantes. El festival será una ocasión para conocer este bosque único del Néguev y disfrutar de la belleza de sus paisajes y frutos.