Israel decidió anoche revisar el visto bueno que había dado previamente a la visita de un equipo de investigación de la ONU al campo de refugiados, criticando sobre todo la composición «demasiado política» del equipo y el espíritu «antiisraelí» que domina el envío de esta misión.
«Por el momento todo está suspendido», precisaron las fuentes, indicando que «tenemos la impresión de estar en una trampa, y cuanto más examinamos el equipo y su mandato, más tenemos el sentimiento de haber sido engañados».
Israel insiste en que el aspecto «militar» sea el centro de los trabajos de este equipo, y desea demostrar que los daños causados en el campo se produjeron durante los duros combates entre el Ejército israelí y los combatientes palestinos.
Los palestinos acusan a Israel de haber cometido una «masacre» en el campo y de haber matado a numerosos civiles. Hasta el momento se han encontrado unos 50 cuerpos entre los escombros, según fuentes israelíes y palestinas.